Capítulo 00

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Alcohol, tabaco, perfume y comida, esos olores que inundaban las oscuras calles  de Yoshiwara, un joven pelinegro caminaba con gran velocidad y agilidad por los techos de los edificios de esta hermoso distrito. 

Él había sido contratado para seguir la pista de un samurái, nunca imaginó que este  lugar parecía ser un sueño. La comida era deliciosa, los perfumes florales eran exquisitos, el entretenimiento era impecable y las bellezas que estaban detrás de esas llamativas casas de té eran inigualables. Sin embargo no toda la belleza y placer eran para todos y eso fue algo que él comprobó durante todo el tiempo que pasó aquí.

Al llegar a uno de los edificios más llamativos y costosos de todo Edo escaló sin ser detectado hasta el antepenúltimo piso de la quinta habitación, entró por la ventana de la ventana de la habitación y se escondió entre las sombras. El dolor y la ira que sentía en ese momento era insoportable, sin tan solo hubiera ido más rápido tal vez no se hubiera encontrado con este momento tan deprimente. Sobre el futón de encontraba un  chico rubio de piel blanca cuál porcelana, estaba llena de marcas rojizas que recorrían desde su cuello hasta la parte baja de su espalda, su cuerpo no tenía ni una sola tela que lo cubriese, estaba acostado en posición fetal mientras temblaba bruscamente sollozando de una forma tan amarga que no era imposible no sentir dolor o lástima por él.. 

El pelinegro caminó lentamente hasta llegar al lado de este, tomó uno de los kimonos más limpios del suelo y tapó el cuerpo del rubio delicadamente para no asustarlo más de lo que ya estaba. Se sentó a su lado y tomó cuidadosamente una de las manos del rubio.

─ "Lamento llegar tarde" ─ habló con un tono monótono pero dulce a su vez, él rubio se sentó con dificultad pero nunca levantó la mirada del suelo

 El pelinegro se mantuvo en silencio y simplemente limpió las gruesas lágrimas que resbalaban por el rostro de su contrario.  

El abrazó con fuerza al pelinegro quién correspondió el abrazó con calma y cariño. Así estuvieron un largo tiempo hasta que el rubio decidió hablar.

─"E-Estoy bien... ngh... ya me estoy acostumbrado a estas noches..." ─ el pelinegro lo abrazó con más fuerza, odiaba que el rubio repitiera esas palabras cada noche que iba a verlo, estaba harto de encontrarlo sucio y despojado de sus prendas, no soportaba que solo lo vieran como una margarita más de este prado. Para él era uno de los crisantemos más hermosos que sus ojos hayan visto. Debía protegerlo y la única oportunidad que tenía bosta hacerlo tal vez cambiaría toda la vida de su amado.

Ambos se separaron lentamente sin quitar su mirada del contrario. El rubio se recostó en las piernas del pelinegro quien pasaba suavemente sus dedos entre la cabellera amarilla.

—" Muchas veces me he preguntado si en algún momento  podré tener una vida fuera de éstos muros" — aquello destrozó el corazón del pelinegro quien no podía mantener la sensación de opresión en su pecho.

—"La tendrás"

—" Eso esperó, Ginza"

— "Odio que me llames así y lo sabes

— "Es mejor que Soru"

—" Yo prefiero más Tweek"

Su plática transcurrió tranquilamente pero la noche no es eterna. Los primeros rayos del sol marcaban la hora de partida del pelinegro, algo ambos odiaban mas no podían hacer nada. Tweek aún no terminaba de pagar la deuda que sus padres le dejaron cuando lo entregaron a este lugar y Craig no tenía tanto dinero para pagar la libertad de Tweek.

Cuando se levantó de su lugar tomó al rubio en sus brazos nuevamente tratando de no soltar alguna lágrima.

─"Necesito que me escuches, y te juro por la luna y las estrellas que esto no es una despedida sólo es un hasta pronto"─ el joven rubio se limitó a hundir su rostro en el pecho del contrario esperando su mensaje. Esté respiró profundamente reuniendo fuerza para hablar.

 🌸🌹La noche erterna 💐❇✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora