Seguirás acá

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07 de noviembre, 2025...
Han pasado ya 1 año y unos cuantos meses... Mi flor...

Te encontré en un jardín de aspecto desconocido para mí, quizá de todas las maravillas que encontré fuiste la más preciada para mis ojos...
2 años llevaba, de buscar y buscar tesoros y aventuras y fallar, hice ojos a reliquias que terminaron siendo falsas, reliquias, reliquias que me dejaron con la frente pegada al suelo de tal vergüenza, pero tú; vaya, ha sido lo más auténtico que he podido demostrar...

Entre todos aquellos cofres había un campo con tierra fértil y en ese campo de tierra pura, había una flor...estabas tú...

Más allá de las fortunas que el mundo ponía ante mis pies mi mirada se postraba ante algo que se decía no tener valor...

¿quién dijo alguna vez que una flor sería un tesoro? ¿quién compraría una flor para exponerla ante un museo? Nadie, pero solo a mí me iluminaba la vista como un millón de estrellas...

Mi flor, mi flor, mi flor...

Aún recuerdo cuando tenía aquí, sentada a mi lado, tenías una mirada que me recordaba a aquel atardecer tan hermoso que solíamos ver cuando nos sentábamos en la colina a mirar las nubes, era tan dulce, tan profunda, tan serena, tan linda que cuando la miraba no podía pensar en nada más que aquel tono atigrado y aquellas pupilas negras como el vacío...

Tus cabellos caían desde tus brazos como una larga cascada que terminaba y comenzaba al mismo tiempo, no tenía fin así como la ilusión que nacía de mí desde que te encontré...

Me volví el mejor en hallar tesoros y aún cuando fallaba no perdía ninguna motivación, porque tú estabas a mi lado y darme un último respiro.

Mi flor, mi bella y única flor, ¿porqué tuviste que partir?

Hoy estoy aquí... Viendo la puesta de sol, aquella que veíamos mientras reías dulcemente mientras tomabas mi mano.
Hoy esa mano ya no está conmigo, puedo sentir como aún estás ahí apoyando tu cabecita contra mis hombros, recuerdo cuando nos sentábamos en una mesa y te veía cerrar los ojos suavemente, dejando nada más tus largas y finas pestañas negras, me duele ya no poder verlas más.

Siempre que perdía la paz por no poder hacer algo bien estuviste ahí para decir algo que aún conservo en mi mente:

"Ignora todo eso que te está borrando la sonrisa, disfruta el vivir aunque no sea lo hermoso que deseas que sea"

El no tenerte acá me borra la sonrisa, entonces ¿tengo que olvidarte?
Eso me duele... Porque ¿qué sería de mí si no hubieses existido?

No puedo, ¡no puedo resignarme a seguir sonriendo sin tenerte!

...Sin tener a quien me hacía sonreír...No...puedo.

Talvez sigues aquí, talvez no te debo olvidar porque sigues aquí, en el bello atardecer que decoraba tus sonrisas, ese atardecer es ahora tu sonrisa, ¿será así?

El viento de la colina pasa por mi mano, pareciera como si tu estuvieras colocando tu manita sobre la mía, tu bella mano pálida por el frío, este viento, ¿es tu mano sobre la mía?

El atardecer está acabando... Mis lágrimas recorren mis mejillas, mejillas que acariciabas con tus suaves manos siempre que estaba decaído, las lágrimas están tibias, ¿serán estas tus caricias?

Ya terminó el atardecer, el tono de tu sonrisa ya no está conmigo solo me queda oscuridad... La oscuridad de la noche... La oscuridad de tu partida...¿te debo olvidar?

...

Talvez...
Talvez hay más que la noche...
Lo puedo notar mientras me levanto para irme, me dejaste otro regalo, un último y eterno regalo...

Tus ojos...
El extenso firmamento...

Aquellas estrellas resplandecientes, tus ojos al abrirse luego de un parpadeo, son lo mismo.
El atardecer calló, como tus hermosas pestañas, y luego al levantarse algo nuevo me deslumbra, tus parpados se abren y las estrellas forman tus ojos, ¿dejaste esto para mí?...

No.
No lo hiciste.

Esta, esta ¡eres tú! No te has ido, sigues conmigo
En todo lo que me dejaste

Tu mano sobre la mía comunicada por la dulce melodía que lleva el viento, siento tu cabeza de nuevo en mis hombros, comunicada por aquella colina que visitábamos, el brillo del sol al caer son tus dientes de color perla mostrándome una bella última sonrisa, y al volverse a abrir los parpados de la noche tus ojos brillantes me admiran con dulzura, tú estás aquí aún, no he perdido mi mayor tesoro, no se irá mientras yo esté aquí y ella esté para mí...

No te tendré que olvidar, porque me sigues haciendo sonreír desde allá, mi flor...
Y siendo así, siempre y en todo lugar...
te amaré

Pensamientos de una cabeza vacía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora