-Bler: Laya, no sé si debemos hacer esto, parece muy peligroso.
-Laya: tienes razón, pero tenemos tres días para informarnos, conocer a las personas del reino y luego decidir si debemos o no ayudarlos.
-Bler: está bien, en ese caso vayamos a conocer un poco este pueblo.
Las dos amigas decidieron salir a dar un paseo por el pueblo, en la puerta de la casa donde se alojaban se encontraba un elfo, Alec, quién se ofreció a hacerles una ruta por el pueblo y las dos amigas aceptaron.
En el centro se encontraba un gran templo dorado, donde se encontraba el hada de la ciudad, Glinda, ella era quien se encargaba de mantener el escudo de la ciudad activo para que ninguna de las criaturas de Evanora pudiera atacarla.
Este gran templo tenía frente a él una gran plaza rodeada de columnas doradas y casi todos los días los campesinos iban a vender sus productos a los artesanos para que estos pudieran fabricar diferentes utensilios.
Alrededor de la plaza y el templo había gran cantidad de pequeñas casas blancas como la leche y de esta manera el color dorado del templo resaltaba más, en estas casas vivían los artesanos.
Por último alrededor de las casas blancas había gran cantidad de casas donde vivían loas campesinos, la gran mayoría de ellos se dedicaban a la agricultura ya que la tierra del pueblo era muy fértil.
En el reino había una gran variedad de habitantes, aunque la gran mayoría eran elfos, ya que era un reino muy importante y fue destruido, todos los elfos vinieron a alojarse a Kalsa.
Cuando terminaron con la ruta por el pueblo, Alec les entregó una invitación del hada Glinda para que ambas fueran a cenar al templo ya que quería darles cierta información acerca de lo que deben hacer para poder derrotar a Evanora.
Las dos se sorprendieron y no estaban seguras de sí deberían aceptar la invitación, además estaban tan cansadas tras recorrer el pueblo que no estaban preparadas para tomar decisiones así que se fueron a casa y se acostaron.
A la mañana siguiente ambas hablaron sobre lo que debían hacer.
-Bler: (preocupada) Laya, no sé si deberíamos asistir a esa cena, eso significaría que nos interesa este mundo y ni siquiera sabemos lo peligroso que podría ser luchas contra Evanora o contra cualquier tipo de monstruo que pueda haber ahí fuera.
-Laya: Bler, ayer vimos que este es un pueblo tranquilo, y todas las personas son amables, parecen sinceras y tienen grandes esperanzas en encontrar a alguien que pueda salvarlos de la amenaza de Evanora.
-Bler: si Laya, pero no sabemos si somos nosotras las enviadas para salvarlos, piensa que hace unos pocos días estábamos en la tierra.
-Laya: creo que te has quedado sin argumentos convincentes para no asistir a esa cena y conocer un poco más acerca de Evanora y como derrotarla.
Mira Bler, solo digo que podríamos darle una oportunidad a lo que nos tenga que contar Glinda, la información no hace daño a nadie y si además nos ayuda a tomar una decisión sobre lo que hacer pues bienvenida sea, porque no sé tú pero yo ahora mismo estoy hecha un lío.-Bler: (abraza a Laya) perdona por ser tan negativa a veces, pero me preocupa que esto pueda ser malo para nosotras. Le daré una oportunidad a lo que nos tenga que contar esa tal Glinda.
Entonces las dos amigas llamaron a Alec para que les ayudara a elegir un vestido perfecto para la cena en el templo, así que se fueron de compras.
Tras una larga mañana mirando vestidos, Bler finalmente escogió un elegante vestido rosa de encaje en la parte de arriba y una falda fucsia de vuelo. Por su parte Laya eligió un maravilloso vestido azul ajustado que marcaba su figura perfectamente.
Cuando llegó la hora de cenar, Alec las acompañó hasta el templo y nada más acercarse a las enormes puertas, estas se abrieron y tras ellas apareció una hermosa joven de cabello rubio, un vestido blanco muy hermoso y unas alas transparentes decoradas con diamantes que relucían constantemente.
-Glinda: bienvenidas, en primer lugar me presentaré, soy Glinda, la protectora del pueblo y supongo que vosotras sois Bler y Laya, nuestras salvadoras.
-Bler y Laya: (algo titubeantes) bueno, más o menos.
-Glinda: pero por favor, pasemos al salón principal, allí estaremos más cómodas.
-Bler y Laya: está bien.
Todas se sentaron alrededor de la mesa donde les fueron sirviendo los diferentes platos de la cena.
Mientras tanto, Glinda empezó a explicarles en qué consistía la labor que debían desempeñar para el mundo de Oz.
-Glinda: chicas, creo que ambas sabéis perfectamente la historia de nuestro mundo aunque llevéis solo unos pocos días aquí, así que os voy a explicar cuál sería la manera que hay que emplear para acabar con Evanora.
Entonces Glinda llamó a una de sus aprendices que entregó un sobre a cada una de las chicas.
Las dos lo abrieron y sacaron de su interior un colgante con dos piedras preciosas, para Laya una brillante piedra azul y para Bler una brillante piedra fucsia.
-Glinda: esas piedras otorgan poder a quienes las llevan puestas, pero para que ese poder se active las personas portadoras deben entrenar sus almas en dos sitios diferentes del mundo de Oz.
Pero no puedo daros más información acerca de ellas, su poder o los lugares de entrenamiento hasta que decidáis si nos ayudaréis o no a salvar nuestro mundo.-Bler: ¿podrías darnos un momento para hablar a solas Laya y yo en otra habitación?,por favor.
-Glinda:por supuesto, tomaros el tiempo que necesitéis.
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Oz, y una nueva generación.
FantasíaHola personitas, hace unos años vi por primera vez la película (Oz, un mundo de fantasía) también conocida como (Oz the great and powerfull) y terminó por convertirse en mi película favorita. Ahora que he descubierto Wattpad me gustaría que leyerai...