PERFECT® KOOKMIN OS

O n e.

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Jungkook era perfecto.

Sip, no tenía ninguna duda.

Con ese traje blanco que le habían obligado a usar parecía un ángel. Aunque lo más difícil de convencer fueron los zapatos.

Una pequeña risa se escapó de mis labios ante el recuerdo.

—Amor, tienes que usarlos. Una apuesta es una apuesta.

—Pero bebé, debes de apoyarme—Se cruzo de brazos haciendo un mohín.

—Si bebesito, apoya a tu noviecito—Se burló Yoongi recibiendo un golpe en su estómago por parte de Jungkook.—N-no dije nada.

—Lo usarás—Dije sentándome en su regazo.—¿Verdad amor?—Pregunté con un puchero.

—Minnie...

—¿Si?—Dije dejando un beso en su cuello.—Tenemos habitaciones continuas~—Ronronee.

—Joder, esta bien—Rodó los ojos.—Usaré esos zapatos de muñeca—Gruñó tomando mi trasero.

—Sonreí y me levante.—Vale, ahora tienes que cambiarte, nuestras army's esperan—Le di un beso en la mejilla y salí de allí con una sonrisa victoriosa.

Aunque lo que dije no fue del todo mentira.

—Te espero hoy Jungkookie—Dije para mi mismo mordiendo la esquina de mi labio.

Y ahora estaba ahí, en el escenario. Con todos los reflectores alumbrándolo.
Podían haber varios bailarines de fondo pero para mi, él era el único allí. Su cabello rojo resaltaba su piel y con el traje blanco resaltaba aún más.

¿Han experimentado cerrar los ojos y escuchar a Jungkook cantando?

Si no lo han hecho, deberían de hacerlo. No podía describir la sensación que sentía cuando escuchaba su suave voz cantando. Solo sabía que se ponía la piel de gallina y una sonrisa adornaba mi rostro hasta que acabará la canción.

Si escucharlo era hermoso, el verlo era mucho más.

Sus dientes de conejo al reír.
Las pequeñas arrugas en las esquinas de sus ojos cuando sonreía.
Cuando arrugaba su nariz al sonreír y cuando algo no le gustaba.
Su mandíbula tensa cuando algo le molestaba.
La manía que tenia de pellizcarse con los dedos la piel de su mejilla cuando estaba nervioso.
El como ladeaba su cabeza cuando pensaba algo.
El como lamia sus labios antes de hablar.
Cuando dormía, cuando comía.

El sólo hecho de que sea Jungkook al que viera en todas esas cosas lo hacia especial.
Cuando amas a una persona, amas cada cosa que venga con ella.

Claro que habían algunas cosas que me molestaban.

Era demasiado posesivo y celoso.
Solamente comía chatarra.
Era muy ruidoso cuando jugaba videojuegos.
Se demoraba más que yo en el baño colocándose miles de cremas.

Aunque yo se que era porque no quería recibir más criticas sobre su rostro.

—Jungkook, escúchame—Dije tomando su rostro haciendo que me mirara.—Kookie, no, no llores—Dije en tono preocupado besando delicadamente sus párpados.

Jungkook nunca fue de expresar sus emociones tan libremente, era por eso que el que llorará delante mío hacia que me preocupara.

—No lo entiendes Jimin—Murmuró negando con la cabeza.—Mi rostro es horrible.