Aún recuerdo el primer "hola" , la primera mirada , la primera conversación , la primera sonrisa que logre sacarte , la primera carcajada , nuestro primer mensaje , el primer roce , nuestro primer beso y aún recuerdo nuestro primer abrazo , te juro...
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~Justin~
Las palabras de Abby dolieron como el maldito infierno , había pasado una semana después de aquella pelea y seguíamos sin hablar las cosas. Me encontraba en mi habitación observando las fotos que tenía con ella en mi teléfono , la extrañaba , pero actuó de una manera que me desagradó completamente.
- Justin , cariño soy yo - dijo mi madre al otro lado de la puerta
- Adelante - observé la puerta y vi la silueta de mi madre
- ¿Bajarás a comer? - negué con la cabeza - Justin ha pasado una semana , no puedes seguir así - dijo preocupada
- La extraño y me molesta su actitud , terminamos por algo absurdo - suspiré
- ¿Y si hablas con ella? Cielo me pongo en sus zapatos y yo igual estaría molesta - se sentó a mi lado -
- Yo no sabía que la chica me coqueteaba y si me hubiera percatado jamás le tomaría importancia , Abby es mi novia y respeto eso - hable triste , creo que debería de evitar decir que es mi novia - O al menos lo respetaba - baje la cabeza
- Mañana regresan a clases ¿Por qué no hablas con ella?
- No lo sé mamá
~Abby~
Era una completa y total idiota , había puesto fin la mejor relación que he tenido en mi vida y posiblemente también puse fin a la amistad de personas que ahora me importaban bastante . Hace una semana había terminado con Justin y me sentía como una completa mierda , sabía que había hecho un gran drama pero ¿Quien no se molestaría si le coquetean a tu chico?.
Estaba sentada en el sillón del balcón de mi habitación , bastante deprimida ; posiblemente había vaciado todas las heladerías de Los Ángeles y todas las farmacias por comprar tantos pañuelos ; la gente tenía razón , la mejor "cura" para una ruptura definitivamente era un buen bote de helado. Me había encargado de no salir en toda la semana y de ignorar todas las llamadas de Sam , posiblemente aumente unos kilos por comer tanta azúcar , lo cual me deprimía aún más.
- Lamentó no avisar pequeña - dijo mi padre a mis espaldas - Abby necesitas salir , no has comido nada más que helado toda la semana y has acabado con cajas de pañuelos linda
- Lo arruine todo papá - me enrolle en la cobija y empecé a llorar - Soy una estúpida -mi padre se acercó y se arrodilló frente a mi
- No cielo , no lo eres - limpio mis mojadas mejillas - Necesitas hablar con él y aceptar tu error
- ¿Y si no me perdona? - entonces las lágrimas volvieron a salir
