No seamos nada - JJK&KTH

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Tengo un lugar donde guardo lo que nunca fue y los 'te quiero' que nunca salieron de mi boca. Tengo un lugar donde 'nada' es todo y 'todo' es una ilusión.

- David Sant

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10 de febrero, 2015

Supe desde el primer instante, que algo estaba mal cuando mi corazón comenzó a latir cada vez más rápido, cuando mi estomago se estrujaba, cuando mi respiración se entrecortaba, cuando mis palmas sudaban y picaban por el deseo de tocarte, fundirte en mis brazos y acurrucar tu cuerpo junto al mío, que yo estaba jodido.

Pero no debí sorprenderme, porque yo siempre te he mirado así, Jungkook. Siempre, siempre desde que te conocí.

Me asustaba pensar que podía estar cayendo por ti, de mi maknae, de mi Jungkookie.

Pero amor, incluso si estoy aquí escribiendo esta carta que posiblemente, se que terminaré acobardándome y guardándola en el fondo de mi cajón. Por favor no te asustes. No te asustes cuando me oigas llorar por las noches de impotencia por no poder entrelazar mis dedos con los tuyos, por no poder abrazarte más tiempo del que debo, por no poder besar tus labios y amar tu cuerpo como deseo. Por favor no pienses que soy raro. No pienses que soy raro cuando quiera entrelazar mis dedos con los tuyos, cuando golpee mi dedo contra tu mentón, cuando recargue mi cabeza en tu hombro, cuando juegue con tu oreja o cuando deje un beso en tu frente, es lo único que puedo debo hacer. No huyas de mi. Por favor no huyas de mi si te envío esta carta, si mis sentimientos salen a la luz. Por favor, si no soy correspondido sólo has como si nunca la hubieras leído y encontrado en mi cajón, porque me conozco y sé que ahí se quedará, porque te conozco y se la mierda curiosa que eres.

Estoy tan, tan enamorado de ti, Jeon Jungkook que no se que hacer.

Y tengo miedo, porque tú y yo sabemos, que nunca seré correspondido. Porque tu no quieres amar, no quieres amarme y joder, está bien.

Recuerdo cuando en la fiesta de cumpleaños de Jisung, ambos estábamos demasiado ebrios y tontos. Todos estaban bailando o bebiendo. Tu y yo de tan mareados que estábamos nos encontrábamos en el sofá, al fondo. Recostaste tu cabeza en mi hombro y te quejaste de como te dolía la cabeza y como comenzabas a ponerte gruñón. Te acaricié el cabello y murmuré palabras tranquilizadoras, tambaleándonos fuimos hasta una parada de taxi para ir a nuestro departamento, llegamos entre risas y carcajadas. Recuerdo cómo caímos en el sofá, tu encima de ti y de como volvimos a reír. Recuerdo cómo acercaste tu rostro al mío y observaste mi cara. Recuerdo mi mano yendo a tu nuca e impulsándote hacia abajo para dejar caer tus labios sobre los míos.

Era el puto cielo, el calor de tus labios con los míos se sentía etéreo, amargo por el sabor a cerveza y suave. Recuerdo cómo nuestras bocas danzaban, nuestros labios encajando tan bien y los chasquidos sonando en la habitación, mis manos que se pasaban desesperadas por tu espalda, nuestras piernas entrelazas y tus manos hechas puños en mis hombros.

Luego del beso, te quedaste dormido encima de mi. Y lloré, porque fue un error de borrachos, pero se había sentido tan bien, pero fue solo eso. Y a la mañana siguiente cuando ambos estábamos sobrios ninguno habló sobre lo qué pasó, rogaba al cielo que no lo recordarás. Pensaba que era mejor así, estaba tan asustado de escuchar algo que no quería escuchar.