Ya llevo tres días trabajando en el bar y la verdad es que va todo muy bien. Creo que he encajado bastante en el lugar. He caído bien a la jefa, que era bastante importante, y con los compañeros me llevo normalito, porque al tener tanta faena, poco tiempo tenemos para relacionarnos. Pero bueno.
Hoy me espera un día largo de trabajo: empiezo a trabajar a las 19, cosa buena porque puedo dormir y hacer la siesta, que ya echo de menos; pero lo malo, es que no voy a salir hasta las tres de la madrugada - como mínimo - porque hoy toca concierto. Sí, sí, concierto. Aunque sea un bar más bien pequeño, cada viernes y cada sábado ponen música en directo de artistas a veces poco conocidos y a veces nada conocidos. El ambiente se llena de estudiantes de artes, aspirantes a músicos que quieren sobornar a mi jefa para que les deje tocar algún día, gente joven con ganas de pasarlo bien y, alguna vez, muy pocas, aparece algún promotor con ganas de captar nuevos talentos para su compañía. Todo esto me lo contó Mimi y la verdad es que no me lo podía creer. Es que imagínense que yo, Ana Alicia Guerra, consigo cantar un día en ese "escenario" y da la casualidad que alguien me escucha, me presenta a otra persona y de contacto a contacto puedo participar en algún musical o grabar una canción. ¡Sería increíble! Intento no emocionarme mucho con esto, porque siendo realistas, es bastante imposible que suceda algo así a alguien. Y en especial, que me suceda a mí. Pero de sueños se vive.
Me despierto de la siesta y en seguida noto la contractura en el cuello, consecuencia de la mierda posición en la que he dormido. Genial Ana. Genial. Por suerte es pequeña y todavía puedo hacer movimientos pero 8 horas no sé si las aguantaré trabajando. Tendré que apañarme como pueda. Todavía estoy en periodo de prácticas y no me puedo permitir fallar. Ni yo ni me lo permito, ni mi economía me lo permite.
Hago estiramientos de brazos, de cuello, de espalda..., de repente una voz me asalta:
- ¿Qué haces?
- Joooder que susto Nerea
- Perdón - aunque lo dice mientras se ríe cosa que me hace sospechar que no lo siente demasiado
- Pensaba que estarías por ahí
- He llegado hace un rato. ¿No trabajas hoy?
- Sí, pero más tarde - bueno, ¿qué hora es? Empiezo a sudar, no me he puesto alarma a la hora de la siesta pero no me habré dormido, ¿no?
- Seis y media casi
- ¿¿¿¿De verdad?????
- Sí - dice intentando fingir cara seria
- No
- Sí
- No puede ser. Voy a llegar tarde
Me pongo los tenis y salgo corriendo, no sin antes tropezarme con la mesita del comedor. Entre risas oigo como Nerea me dice que a lo mejor se pasa a verme hoy.
Cuando llego al bar ya son y diez. Entro disimuladamente y atravieso corriendo al local, evitando a toda costa cruzarme con la jefa. Llego a la sala de personal con la misma adrenalina que quien esquiva un ataque de cocodrilos. Mientras me cambio, oigo alguien que llega
- Vaya vaya, la novata llegando tarde - me dice Mimi des de la puerta
- Shht calla - la miro amenazante. Me acabo de poner el polo bien y el delantal
- Jajaj pero no te pongas así mujer, que no pasa nada. Que todos llegamos alguna vez tarde
- No se lo digas, por favor
- Tranquila te guardo como secreto
- Gracias
- Pero algún día me lo cobraré
- Me parece bien
- Venga, vamos a trabajar o nos quedamos las dos sin trabajo
Las horas se me pasan rapidísimas. No paro quieta ni 30 segundos. Cada vez entra más y más gente, hay más mesas llenas y más copas que servir. El dolor de cuello va a más, pero intento distraerme pensando solo en las comandas. Hasta que llega un punto que ya no puedo hacer nada y me escondo en el baño, necesito descansar, por lo menos un ratito. Me pongo agua bien fría y me masajeo el cuello. Joder Ana, te tenía que pasar justo a ti y justo hoy. Me maldigo a mí misma por haberme echado esa siesta tan larga. De repente llaman a la puerta
- Perdón, ¿se puede? - dice una voz de chica mientras abre un poco la puerta. Tendría que decirle que es el baño de personal que debería usar el otro, pero bueno, qué más da
- Sí, pasa
- Tienes que... - señala la puerta del baño
- No, no pasa
Cuando sale otra vez, me pregunta
- ¿Estás bien?
- Sí, solo es una contractura tonta no te preocupes
- ¿Puedo tocar? - me la miro extrañada, ¿que hace? Al ver mi confusión añade - es que a mí también me pasa mucho
- Bueno, vale
- Joder tía estás fatal
- Tampoco es para tanto, ¿no?
- Espera - que espere ¿qué? ¿Que dice? Miro como busca en su bolsa enorme - siempre llevo esta crema por si me pilla dolor en algún sitio. Es que a veces parezco una vieja - dice mientras suelta una carcajada - ¿Quieres?
- Bueno
- Toma quédatelo. Total queda muy poco ya
Y dicho esto se va. Me pongo la crema y noto como el frío me recorre por el cuello. Y la verdad, noto mejoría en seguida. Tampoco es que esté para hacer el pino, pero creo que para acabar mi turno sí que estoy.
Salgo a los cinco minutos y me pongo a trabajar. Por suerte nadie se ha dado cuenta de mi ausencia estos 20 minutos. Mejor.
El chico que estaba tocando acaba. Todo son aplausos, de parte del público pero también de parte de los trabajadores. Aplaudo yo también, aunque la verdad ni me he parado a escuchar al chaval. De repente la faena se duplica y voy de un lado para otro, con litros de cerveza y litros de alcohol. Las comandas se paran cuando está a punto de empezar el siguiente concierto y todo el mundo tiene su bebida a punto. Me refugio con Mimi detrás de la barra, antes que empiecen a pedir todos otra vez.
- ¿Te ha gustado el chico? - me pregunta
- Si te digo la verdad no lo he escuchado
- Jaja
- ¿qué?
- Que yo tampoco - nos reímos
- ¿Todos los findes va a ser así?
- O peor
- Que bien
- No pasa nada Ana, lo superaremos. ¿Has visto quien toca ahora? - dice cambiando de tema
- No
- Pues es guapísima
Me fijo en quien está encima del escenario. Veo una melena rizada que me suena familiar. ¡Pero si es la chica del baño! La verdad es que sí que es guapa. Y canta superbién.

ESTÁS LEYENDO
Volver a empezar
FanfictionAna llega a Madrid, sola y sin nada. No tiene amigos, no tiene trabajo, no tiene ni donde dormir. Solo hay una cosa que sí tiene claro: y es que es hora de empezar a pensar en si misma y cumplir su sueño: ser cantante.