Clear and Clever Torments (Creek) |Traducción|

Único capítulo

Notas del autor:

¡Hola! De una vez, advierto por cortes y cosas relacionadas con salud mental. Así que, si es un tema sensible para ti, sugiero que no leas esto. Por otro lado, solo he escrito para el fandom de SP una vez (no lo vayan a leer, es horrible y extraño. Y muy viejo). Pero últimamente he estado viendo South Park y tenía algo de inspiración.

¡Disfrútenlo!

Único capítulo

Las sombras se movían cuando no estaba mirando. Se desplazaban y parpadeaban, observando, esperando. ¡Querían su sangre, querían su corazón! Estaban hambrientas, hasta el punto de morir por inanición, gritando ser alimentadas.

Tweek no las odiaba. Eran como niños. No podían evitarlo, no conocían nada mejor. Exponiendo sus brazos en la noche, permitiendo que unas lenguas cual serpiente se deslizaran a través de ellos, no luchó más. No habló sobre ello, bueno, no a cualquiera. Nadie le creyó sobre esos terribles gnomos, ¿por qué deberían hacerlo con los niños sombra sedientos de sangre?

«Tweeeeek» Gritó una voz con un eco de fondo. Él se acurrucó más contra el sofá, abrazando su cuerpo con brazos y piernas enroscados contra sí, su café estando rodeado por ellos, seguro, y cuya temperatura ya se encontraba tibia, con únicamente la luz de la televisión encendida. Quería conseguir una taza caliente, pero las luces de la cocina estaban apagadas y estaba asustado. Se movían en la oscuridad, escondidas donde nadie podía verlas. Suspiró profundamente, empezando a inclinarse hacia uno de sus costados sin siquiera darse cuenta.

Se está adormilando, temblando mientras tomaba otro un sorbo de su café. Sabía horrible, era descafeinado porque Craig insistió que tratara de dejar el café. Su novio estaba tratando de ayudar, asumiendo que si disminuían la cafeína significaba que menos se alteraría y temblaría, reduciendo la paranoia y haciendo a Tweek más feliz. No se había quejado tanto, era demasiada presión el intentarlo, pero sin el café en su sistema, estaba empezando a quedarse dormido.

«¡Tweek!» Chilló otra, una mano borrosa salió disparada de su lugar para jalar su brazo donde había caído en el sofá. Se irguió, dándose cuenta de que había derramado esa excusa de café de mierda sobre el sofá y el suelo. Acomodó la manga de su camisa verde para cubrir las vendas blancas que lo cubrían desde el codo hasta la muñeca. Recogió rápidamente la vacía taza, mirando alrededor en busca de las sombras. Estaban escondidas ahora, pero podía escucharlas.

—N-no puedo —susurró, con el ceño fruncido—. ¡Y-yo, ugh! T-tengo c-compañía esta noche... —Pero ¿eso era realmente cierto? Era casi la media noche. Claro, Craig no era precisamente conocido por su puntualidad, pero seguramente tener tres horas de retraso significaba que no iba a venir. Probablemente estaba dormido, por jugar videojuegos o darle mimos a Stripe.

Ocupado en olvidarse de Tweek.

—Oh. ¡É-él me debe o-odiar! —Con sus manos hechas puño dio jirones a su cabello, deseando tener uno de sus spinners con él. Uno de los que le dio Craig... —¡A-aurgh! ¡No puedo! —Vuelve a jadear, cerrando sus ojos con fuerza.

«Ayúdanos, por favor.» Ese grito en particular provenía de la más joven de las sombras. Bueno, de la que él asumía era la más joven. De un chico, cuya voz era distorsionada y muy monótona. Le recordaba a Craig, y era muy difícil resistirse a esa voz.

Desesperado, se centró en la televisión, mordiéndose el labio con la fuerza suficiente para extraerse sangre. Por el rabillo del ojo, pudo ver a las sombras retorciéndose entusiasmadas, actuando cual tiburones al ver u oler sangre. Su sangre. Enfermos, malos y enfermizos niños...