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Los días transcurrieron tranquilos durante las semanas. Yoongi acostumbraba a esperar a Jimin en la sala de música tocando una melodía tranquilizadora si es que el menor había pasado por una mala mañana. Daba resultado casi siempre. Pero cuando no... Jimin terminaba llorando en su regazo superado por la presión y él, como el buen amigo que se esforzaba por ser, terminaba por darle los mimos que el azabache requería de su parte.

Después de todo, Taehyung se mantenía ocupado junto a Jungkook en lo suyo y no había otra persona de confianza a la que Jimin acuda cuándo los problemas con su madre se daban. Yoongi agradecía ser esa persona, después de todo, la bonita sonrisa del contrario era lo mejor que podía conseguir a cambio.

Y cuándo Jimin le veía de esa forma con tal dulzura debido al agradecimiento de ser escuchado, Yoongi intentaba ver hacia cualquier parte, porque de no ser así, sentiría que algo dentro suyo explotaría, pero al final terminaba riendo por su tonto actuar. Últimamente actuaba como un idiota cerca del azabache, riendo y cediendo a sus jugueteos infantiles. Yoongi no recordaba ser esa clase de persona.

—Y ahora cuéntame algo tuyo, hyung, ¿qué tal te fue en tú día? —sin embargo, aún no se sentía capaz de responder a ese tipo de preguntas y volvía a callar. Su corazón se hundía cada vez que apreciaba la mueca de decepción en aquel muchacho—. Quizá luego me cuentes, ¿no?

Yoongi sólo suspiraba y asentía, ya que no creía que ése día llegaría.

Por lo general, Min cambiaba de tema, enfocándose en miles de canciones que le sentaran mejor para el timbre de voz del azabache. Y, por su parte, Jimin le traía una canción nueva cada día, la cual ambos escuchaban compartiendo los audífonos del de cabello azul, olvidándose por unos minutos del trabajo pendiente y sólo se recostaban el uno contra el otro, relajándose con las suaves melodías.

Jimin solía tararear una que otra canción y, más que la melodía, a Yoongi le relajaba oír su voz. Era única después de todo.

De aquella manera se la habían pasado desde que dio inicio el receso, los problemas quedaban atrás llegada esa hora. De cuando en cuando, Jimin jugueteaba con los anillos de metal en los dedos del de cabello azul distraídamente. Yoongi ya se había acostumbrado después de todo.

—¿En qué piensas? —Jimin le interrumpió de su trance.

—Nada en específico —contestó el de cabello azul.

Jimin dio un hondo suspiro. Deseaba más palabras suyas, pero ¿de qué manera conseguirlo?

—Taehyung se quedó a dormir en mi casa la otra vez —comentó de pronto. ¿Recurrir al nombre de su mejor amigo era buena idea?

—Oh —contestó cortante—. Por eso vinieron más tarde el día de hoy.

Jimin notó el cambio de tono en el contrario, por lo cual decidió acurrucarse aún más contra su pecho y colocar una de sus piernas sobre las del mayor.

—Sólo nos mantuvimos jugando un buen rato —explicó alzando la vista, notó aún el ceño fruncido en aquella carita pálida, por ello decidió llamar su atención con su mejor mirada de cachorrito para que el contrario no se enojara, porque él lo creía enojado—. Juegos inocentes, hyung —especificó—. ¿En qué estás pensando?

Yoongi no quería dar crédito a sus pensamientos, por ello desvió la mirada, quitándose uno de los pares de audífonos bajando al mismo tiempo la pierna del contrario y sólo vio un punto fijo del suelo. Jimin ya notaba esa clase de comportamiento cuando él solía nombrar a Taehyung, sabía que sólo nombrarlo molestaba al mayor, pero le divertía de alguna manera verlo refunfuñar, ya que, gracias a ello, al menos conseguía un poco más de su atención.

Cutie Blue Guy [JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora