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—Hay un niño que me gusta —murmuró Jungkook para sí viéndose en el espejo del baño. Durante las primeras horas de clases se la pasaba ahí, meditabundo por todo lo que ocurría últimamente en su vida. Confesar ser bisexual era un paso duro—. Mamá —volvió a hablar—. El chico de mi clase, Kim Taehyung, yo... Lo besé en esa fiesta a la que no querías que fuera —y sintió sus ojos escocer—. No quería, de verdad, bueno —se corrigió parando en seco para humedecer sus finos labios sosteniéndose fuerte del lavabo—. Sí lo quería y mucho, pero el punto es que —y aquellos temblorosos labios balbucearon—. Mamá —soltó su nombre con voz ahogada—. Me duele mucho su indiferencia, ¿puedes abrazarme? —culminó sintiendo la calidez de sus lágrimas descendiendo por sus mejillas.

Era duro. A diferencia de Jimin o Yoongi, Jungkook mantenía una buena comunicación con su madre, pero aquello era un tema único, no podría confesar, así como así, que su primer amor era un chico. Por supuesto, Jungkook había gustado de muchas chicas antes, pero ninguna le pegó tanto como lo hizo Kim Taehyung. El castaño tenía ése magnetismo capaz de mantenerlo babeando por horas apreciando sus finas facciones y su rebosante y deslumbrante personalidad.

Le carcomía tanto sufrir por su desprecio. Después de todo, enamorarse no estaba en sus planes.

Y se sentía solo. Pese a ser un estudiante modelo y ser consentido por la mayoría de maestros, constantemente alabado, Jeon no mantenía amistades con facilidad, le costaba. Ya sea por su timidez natural o por la envidia que muchos, entre ellos Park Jimin, le tenían al ser calificado como «perfecto». Era molesto y por ello prefería muchas veces la soledad en sus recesos a una multitud de personas falsas, claro, aquello era antes de Taehyung. Junto a él descubrió que le encantaba compartir anécdotas, reír como un tonto y equivocarse, porque para alguien tan perfeccionista como él, lo pulcro en sus trabajos era primordial, pero Taehyung, pese a ser alguien que lo admiraba e intentaba imitarlo cuando comenzaron a ser compañeros de dueto, cometía errores y Jeon terminó por encontrarlos tiernos al corregirlos, no le molestaba para nada.

Quizá esa ternura que sentía por el castaño fue transformándose gradualmente en un sentimiento similar al amor. Pero se decía que aquellos amores dolían y, para alguien quien nunca amó con tantas fuerzas a una persona, era doloroso.

—Ya no lo amarás, me estás oyendo —le dijo a su reflejo—. Ese idiota no nos merece —masculló y restregó su rostro con el agua del lavabo.

El perfecto e intachable Jeon Jungkook sufriendo por amor, ¿quién lo diría?

De pronto, la puerta del baño se abrió dejando ver la figura de aquel muchacho que le robaba los suspiros y Jeon no supo si huir lejos, ya que sentía de antemano su cuerpo temblar como gelatina. Taehyung presentaba un aspecto alarmante, como si algo le preocupase, mas su sorpresa fue grande tras varios días de evitar el mínimo contacto con él, ir directo hacia su lugar y tomarlo por los brazos con sus grandes y ojos color miel suplicándole:

Te necesito —le pidió. Jeon no supo si llorar ahí mismo—. Creo que... Hay alguien que me gusta.

Pero de algo podría estar seguro...

—¿Recuerdas al chico que viene buscando a Min constantemente?

Kim Taehyung podía no tener consideración con los sentimientos ajenos. El egoísmo formaba parte de su corazón ahora, pero ¿podría culparlo si quiera?

Después de todo, ni ahora, ni nunca serían nada.

—Te escucho —y él, como el chico perfecto y siempre dispuesto para los otros, decidió atormentarse por otro ratito más.

Cutie Blue Guy [JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora