"ALETEA, CORAZÒN: PARTE 2"

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- Es Violeta,papá.

- Tuve unapesadilla.

-¡Soñé quealgo terrible le sucedió a ella!...

- ¿A quiénte refieres?...

- A lajoven cantante, que cantó hace tres meses en Viena.

-¿Violeta Gandini?...

- ¡La misma!

- ¡Soñé que se hallaba en peligro!

- ¡Debo salvarla!...

- ¿De qué?...

¡Ya déjate de tonterías!-fue lo último que dijo Ermigio, (mi padre).


Me bajé del auto. Y corrí como un lunático, por las empedradas calles de Brasil.


Tomé un colectivo. Me siguieron a toda prisa. Mientras, en una calle en contramano, finalmente, los perdí.


Me bajé del colectivo, y, acto seguido, me dirigí destino a la comisaría más cercana, con el fin de radicar, la denuncia de extravío. Acto seguido, empapelé toda la ciudad de Buzios. Y también conversé con cuanto lugareño se me acercó, con el objetivo de recabar la mayor cantidad de datos posible. Pero nadie la conocía, ni tampoco la vio partir. Luego de una extenuante caminata, se me cruzó una parejita de joviales ancianitos, cargando unas pesadas bolsas de tela.


¡Parecíancaídos del cielo!...


Me informaron, que, tras pasar por el aeropuerto, notaron algo sospechoso. En sus propias palabras:

- ¡Vimos como tres hombres de saco y gafas oscuras, llevaron a la fuerza, a una señorita!

- ¿Cómo era ella?

- Alta, ojos verdes, muy bonita.

- Tenía el cabello recogido, no me acuerdo.

- ¿Saben qué vuelo tomaron?..

Suponemos que el 773, con destino a Marbella

- ¡Gracias, no les robo más tiempo

- ¡Adiós, adiós!


No tenía un peso "partido al medio"para tomar un avión. Por eso, me encaminé rumbo al río Amazonas, y decidí comenzar a nadar. Tormentas tropicales, gélidas ráfagas de viento, alimañas acuáticas debí de sortear. En una ocasión, me internaron en Jalisco, (México), por una avanzado grado de hipotermia. Pero, sin pensar dos veces, abandoné el hospital y proseguí viaje.

- ¡Mi deseo de verla con vida, era la fuerza divina, que mantenía, mi corazón a flote!

¡No importamás nada!...

Llegué a Canadá. En una caminata por Ottawa,encontré un enorme maletín, en un cesto de residuos, frente a la puerta de una Escuela de Música (local). Miré alrededor. Nadie se hallaba cerca. Lo abrí. Estaba repleto de numerosos fajos de dólares, seis armas de fuego, y un celular, (supuestamente bloqueado). Lo desbloqueé y: ¡oh, sorpresa!: en el visor de la pantalla, figuró una foto de un boleto de avión, con destino a Italia. Lahora de parida, daba las 6.55 (a.m.).Anoté los datos, y cerré el maletín. A los pocos minutos, el edificio voló en mil pedazos. La potencia de las llamas era un laberinto sin salida. Un cementerio urbano, repleto de cuerpos carbonizados y sin pellejos, familiares desangrándose en el llanto, bomberos apresurados, intentando rescatar algún sobreviviente, fue el puto desenlace, de esta morbosa carnicería. Los pocos jóvenes, que salvaron su vida, habían quedado ciegos, o con varios órganos comprometidos.

En ese preciso instante, me encontré con una desconocida. Se hallaba comprando cigarrillos en el almacén de enfrente. Era joven, ojos azules y cabello rubio, besándole los hombros. Salió de la tienda,y me saludó:

Hello,Timothy!,(¡Hola, Timothy!).

Le seguí lacorriente a la chica, aprovechando la confusión.

- ¿How areyou?, (¿Cómo estás?)...

- ¡Verysad!, (¡Muytriste!)

-¿Why?,(¿Por qué?)-interpeló la dama asombrada.

- ¡Ifeel that the love of my dreams is in danger!, (¡Sientoque el amor de mis sueños, está en peligro!)

-¿Where do you go?,(¿Dónde vas?)...

- ¡ Let¨sTurin!, (¡Vamos a Turín!).

- I¨ll benear the river Po!, (¡Voy a las cercanías del río Po!)

- ¡Ok!,(¡Muy bien!).

Subí al auto. Luego de muchas horas de viaje, finalmente llegamos. Despedí a la joven. Acto seguido, su coche se desvaneció más allá de laneblina. A la distancia, divisé una choza de "mala muerte", a orillas del río. En tanto, el cielo estaba gris y bochornoso, y había comenzado a llover. Me encaminé con sigilo, camuflado, entre las sombras. Había un hombre armado, parado junto a la puerta. Para mi fortuna, una botella de vino vacía, yacía adormecida, junto a sus pies. La recogí con cuidado, y luego, se la partí en la cabeza. Cayó tendido en el suelo, al parecer, (ya sin vida). Forcé el picaporte, y tras sortear la cerradura, ingresé.Una joven de cabellos oscuros, amarrada al respaldo de la cama, yacía semidesnuda. Tenía los ojos, hinchados y amoratados, y varias laceraciones sangrantes, a la altura del vientre.

Ella, ni bienme reconoció, empezó a retorcerse en la cama. Le arranqué lacadena de espinas, y el bozal de su boca.

- ¡Amado mío!

- ¡Viniste por mi!-sonrió Violeta, enseñando sus perlados dientes blancos.

- ¡Shhh!...

- Sí,cariño.

- ¡Todo estará bien!

- ¡Salgamos de aquí!

La tomé desu mano y partimos. En ese preciso instante, sonó la alarma.

¡Buuu!,!Buu!, !Buu!


Un centenar de hombres armados, salieron endiablados, a buscar a Violeta. A todo esto, nos encontrábamos a salvo. Recostados, sobre una miríada de jazmines. En tanto, la pasión de nuestros cuerpos, ardía como un incendio tropical.

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