Capítulo 1

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Muchos años atrás existió una chica llamada Aitana...
Esta chica estaba envuelta, desde su nacimiento, por un poder de dioses...
El poder del Ying y el Yang que elegía a sus portadores desde el día en que nacían.
Aitana contaba con el poder de la luz, el bien, y caridad. El Ying, y tenía su collar con esa mitad (ver el círculo del Ying y el Yang).
Normalmente el poder magnífico de dioses se da a cada país.
(Ejemplo: México tendría una pareja de Ying y Yang, y Estados Unidos también).
Y cuando alguno de la pareja del Ying o Yang muere, el otro portador deja de ser el portador y se reiniciaba el ciclo...
Se daban a nuevos bebés como portadores del poder.
Aitana creció con buenos padres, a pesar de que su economía no era la mejor...
Ella era guapa en su parecer, la naturaleza le había bendecido mucho en su aspecto, tenía el cabello lacio y ojos cafeces claros y hermosos.
La tez de su piel era blanca, con labios rosas y gorditos.
Ligeras pecas se marcaban en sus mejillas como bombones.
Su cabello combinaba mucho con sus ojos, con un color café claro, casi al rubio...
Siempre tenía el cabello suelto y una vestimenta simple, pero linda.
Era positiva, feliz y alegre.
Siempre tuvo pretendientes.
Era muy conocida por su belleza a donde iba...
Desde menor, en primaria...
Luego, en secundaria, en segundo grado.
Fueron los momentos en los que los más precoces de los compañeros de clase se comportaban de una manera muy mala con ella.
Intentaban llenar de perversión su cabeza, maldad, agriedad...
Sin embargo, ella siempre prevaleció ante todo.
Siempre fué a la que le seguían los chicos, por ello se ganó mucho odio por otras chicas no solo de su edad, sino también de otros grados y grupos.
Chismes rondaban, que si andaba con tal, que si había besado con tal, que si había reprobado, que si era una 'puta'...
Muchas veces ella lloró frente a todos sus compañeros.
Muchas veces fué renegada por las maliciosas compañeras que tenía.
Al manifestarse una emoción fuerte, euforia, odio, temor, depresión...
El collar que colgaba de su cuello brillaba, dependiendo de la emoción.
Aitana nunca quiso mostrar su collar del Ying, pero iba a ser algo que prontamente sería inevitable.
Aitana sabía del poder que contenía, por tal leyenda...
Y sabía que se encontraría contra el Yang, para derrotarlo como se ha hecho incontables veces desde el comienzo de los tiempos.
Su vida transcurrió normalmente, como una chica que no tuvo amigos...
Hasta que, un día, en el tercer año, cursando el 3er bimestre...

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