Capítulo 28

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Lauren POV.
Me encontraba sumamente ansiosa, estaba en mi oficina en la constructora, hoy Camila y su familia llegaban a España, claro tenía que recordar que también Dinah estaba en esa lista, era mucho tiempo sin verla y si estaba molesta la iba a entender, no se porque me sentía tan nerviosa, iba a pasar dos semanas con mi novia y su familia en el departamento y eso me daba un poco de nervios, había conversado un poco con ella antes de que subieran al avión, pero no lo habíamos vuelto hacer, quedó en avisarme cuando llegará, quería ir a recogerla al aeropuerto pero no pude salir ya que estaba arreglando los últimos detalles de la fiesta que habría mañana en hotel, era su inauguración y eso me tenía alegre y a la vez también ansiosa, me estaban pasando muchas cosas buenas y eso me asustaba un poco, tenía miedo, miedo de que algo lo arruinará, estaba perdida en mis pensamientos cuando llevé mi vista a una foto de Taylor, Chris y yo, está era de cuando el se graduó, saber que estuve con él en esos momentos, sin saber que era mi hermano me daba nostalgia y a la vez felicidad, ya que hemos compartido muchos momentos así.

"Porque tan pensativa?" - Preguntó alguien sentado frente a mí - "Que ves?"

"Dios, Chris me asustaste" - Lleve una de mis manos a mi pecho - "Veía esta foto nuestra" - Dije entregándole el porta retrato con la foto en el -

"Porque tan nerviosa?" - Preguntó riendo - "Somos muy guapos no crees?"

"Digamos que mis suegros vienen en camino, y la última vez que los ví yo estaba muerta literalmente y eso me asusta un poco" - Dije sincera - "Lo somos" - Sonreí -

"No me digas que ya te estas retractando, la Lauren que yo conocí no le tiene miedo a nada" - Dijo él - "Es genial que llevemos los mismos genes" - Dijo viéndome -

"Claro que no, pero algún día vas a entenderme, no es lo mismo llevar una relación con alguien cuando ya están incluidos sus papás" - Dije y caí en cuenta sobre lo que dijo, lo ví sorprendida - "Los mismos genes?"

"Te entiendo perfectamente" - Dijo y me miró directamente - "Si Lauren, los mismos genes, porque no me habías dicho que somos hermanos?"

"Chris, yo" - Traté de hablar -

"Lauren" - Sonrió - "No estoy enojado, al contrario me alegra mucho saber que eres mi hermana, te considere así desde que te conocí en el internado cuando eramos niños" - Se levantó - "Estoy muy feliz y orgulloso de saber que tú eres la hija perdida de papá" - Camino hasta a mí para darme un abrazo, él cual correspondí -

"Gracias Chris, también estoy muy feliz de pertenecer a tú familia, de que tú y Taylor sean mis hermanos, que Mike sea mi papá, no pude pedir mejor familia" - Dije aún en sus brazos -

"Porque aun no se lo dices a papá?" - Pregunto soltando el agarre - "Lauren lo sabes hace 4 meses y aún no le dices a él, esta sufriendo por no encontrar a su hija"

"Siéntate" - Pedí señalando la silla frente a mí - "Lose Chris, pero ni siquiera se como decírselo, no se que reacción tendrá, creó que no quiere que yo sea esa hija" - Comenté triste -

"Él se siente culpable Lauren, culpable de todo lo que le haya pasado a esa chica, cuando escucho tú historia se sintió completamente mal, dijo que no se perdonaría si su hija hubiera pasado algo así" - Puso su mano por encima de la mía - "Es momento que ambos olviden el pasado y que se den la oportunidad de compartir como padre e hija, no como jefe y empleada, sabes muy bien que mi papá te trata como una hija Lauren, imagínate como se pondrá cuando lo descubra la verdad" - Dijo -

"Lose Chris, hablaré con él en su momento, él está ocupado ahora con la inauguración del proyecto hotelero mañana, lo haré cuando pase esto y ninguno de los dos esté estresado" - Comente -

"Sabes muy bien que papá siempre ha puesto a sus hijos por encima de todo" - Sonrió - "Ya no busques excusas"

"No es una excusa Chris" - Reí - "Está bien lo haré" - Rodee los ojos, entonces alguien llamó a la puerta - "Adelante"

"Con permiso, hola joven Chris, señorita Lauren su novia y los señores Cabello ya están en su departamento" - Dijo él chófer de la constructora -

"Gracias Sebastián, te debo una" - Le Sonreí -

"Por nada señorita, permiso"

"Propio" - Dijimos Chris y yo a la vez -

"Que esperas?" - Preguntó él viéndome - "Ve a ver a tú novia" - Sugirió -

"No creo que sea buena idea" - Dije -

"Lauren, aquí ya no hay nada que hacer, así que ve, es una orden como tú hermano" - Alce una ceja -

"Lo siento hermanito, pero olvidas que yo soy la mayor" - Sonreí y el rodó los ojos -

"Ya se, mis días de hermano mayor ya terminaron" - Hizo puchero y reí - "Ahora ve por tú novia, no lo diré dos veces"

"Esta bien, esta bien, debo admitir que muero por verla" - Sonreí - "Nos vemos mañana hermano y gracias" - Me despedí dándole un abrazo -

"De nada Laur, estoy muy emocionado créeme, salúdame a la cuñadita" - Sonrío y salimos de la oficina -

Me dirigí hacia el estacionamiento, encendí a mi compañera de transporte, mi motocicleta, ella era la compañera fiel que he tenido desde que vivo aquí en España, puse mi casco y me dirigí hacia el departamento, en el cual mi anterior familia me esperaba, mis nervios seguían, hoy Camila me presentaría oficialmente como su novia y apesar de que sus padres me conocen desde que nací, los nervios que tengo no pueden calmarse, les mentí con mi muerte y aún no se como ellos tomaron la noticia de que estaba viva, seguramente el señor Cabello quería interrogarme de muchas maneras, ya no tenía la valentía suficiente de llamarlo por su nombre como muchas veces me lo dijo, el siempre había dejado en claro que cuando alguien intentará robarle el corazón de su hija pasaría por una gran investigación y por una larga conversación con él, para así ver si esa persona era digna de ella, si se lo ganaban a él se ganaban a Camila.
Mientras manejaba pensaba en Camila y en nuestro gran amor, todo este tiempo me convencí de que yo había nacido para amarla, yo le daría lo que ella me pidiera, mi corazón, hasta mi vida entera, sin duda yo la complacería, en cada instante quería recodarle que yo era suya, que la amaba a mi manera pero con todo mi corazón, pensaba en que deseaba que algún día fuera mi mujer, la mujer a la que podría llamar esposa, mi esposa, me hacia feliz tenerla, me imaginaba al lado suyo hasta la muerte, hoy era uno de esos tantos días en los que desperté, amándola, pensándola, en los me acostaba extrañándola, extrañaba su aroma junto a mí, todos mis días enteros eran para ella, aunque no estuviera aquí, la imaginaba abrazándome, y yo me encontraba besándola y amanecía soñandola, ese era un gran placer para mí, nadie en todos estos años ha podido, ni podrá, tomar su lugar, sin duda ella era mi chica, mi chica ideal, a quien yo quería amar por lo que me restaba de vida, ella no parecía real, era muy hermosa, así como una rosa de un jardín extraño que nunca había sido habitado por algún ser humano, un jardín que permanecía hermosamente intacto, quería amar a esa mujer hasta envejecer, estaba segura que sin ella todo era normal, que mi vida seguiria igual, que mi suelo no se derrumbaría bajo mis pies, que nada se pondría al revés, sabía que podía enamorarme de nuevo, aunque eso no era del todo cierto, ya que en estos años sin ella, no lo había logrado, podía sobrevivir sin sus besos y quizás lograr olvidarla, pero lo que siento con ella es perfecto, esperaba que nunca más nos volviéramos a separar, yo sabía que sin ella la vida seguía su curso, que el sol iba a seguir alumbrando el mundo de día, así como la luna de noche, nada cambiaría, que yo sin ella podía seguir respirando, como en todos estos años, pero sinceramente no quería volver a intentarlo.

La Fuerza Del Destino (II Parte De LFDC, Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora