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JiMin conoció a JungKook hace unos diez años, cuando tenía 16 y él 15.

JiMin siempre había tenido mala suerte con los amigos y por eso no tenía demasiado, es más, en ese momento no tenía amigos y por eso cada vez que terminaba la clase, se iba al patio, se colocaba los auriculares y comía su almuerzo en silencio.
No es que le desagradara la presencia de los demás, él odiaba estar solo, pero prefería eso a que aguantar las crueles miradas de sus compañeros.
Hubo un tiempo en donde era amigo de todos los de su curso, siempre solicitaban su ayuda, siempre le contaban sus problemas, lo invitaban a fiestas, etc. JiMin se sentía como si fueran su familia, por eso quiso contar aquel secreto que tanto mantuvo guardado por mucho tiempo. Si eran su familia, sus amigos, entonces no les iba importar como era el castaño. Sin embargo olvidó que vivía en una sociedad tan cerrada de mente. Por supuesto, se había olvidado de ese detalle.

Y ahora estaba ahí, intentando escapar de todas sus miradas, porque aveces las miradas dolían más que una golpiza.

Ese día, fue como todos los demás. Sin embargo hubo algo diferente y fue aquel niño de ojos oscuros y brillantes que le miraba con curiosidad mientras en sus manos tenía un cómic.

JiMin quiso ignorarlo y seguir comiendo, pero la fija mirada del adorable pelinegro, logró ponerle nervioso. Finalmente cuando vio de reojo como el niño se levantaba y caminaba hacia él, JiMin dejó la comida de un lado y se sacó un auricular.

— Disculpa... pero... ¿me puedes dar un poco de tu comida?— le preguntó.

JiMin pensó entonces que su voz era realmente muy bonita.

— ¿Qué?— le miró sorprendido, se esperaba cualquier cosa menos aquello.

— Es que... las brochetas de cordero son mi comida favorita— admitió con algo de vergüenza.

Y desde ahí el pelinegro comenzó a juntarse todos los recesos con JiMin para robarle de su comida. Hasta que inevitablemente se hicieron muy cercanos y buenos amigos.

— ¿Cómo es que sigues juntándote conmigo a pesar de que no soy como tú y como todos los demás?— preguntó un día luego de haber sido llamado de una manera horrible por quien antes había sido su amigo más cercano.

— ¿De qué hablas?— preguntó mientras comía de la comida de JiMin.

— Sabes de que hablo...

— No, a no ser que seas un monstruo o una mente malvada de otro planeta... o alguien con superpoderes.

— No soy nada de eso...

— Entonces eres como todos nosotros... a no... espera— se quedó pensando por unos segundos y luego lo volteó a ver muy serio.— No eres como tus compañeros ni como los demás...

El castaño apretó sus manos con fuerza, esperando el comentario que haría que su corazón se rompiese.
Sabía que tarde o temprano JungKook también le diría algo doloroso o dejaría de ser su amigo.

— Tú eres especial JiMin, porque eres la personas con el corazón más puro que he conocido antes... y la persona con la más linda sonrisa.

Y entonces las lágrimas comenzaron a escaparse de sus ojos, porque él esperaba unas palabras que lo lastimaran por completo. Sin embargo, escuchó las palabras más bonitas que nunca antes le habían dicho.
Fue tal vez ese día en el cual comenzó a ver al menor con otros ojos, pero se dio cuenta de lo que realmente sentía unos meses después, cuando JungKook un día le presento a su novia. Recordaba cuánto le dolió el corazón y el nerviosismo en el contrario al presentarle la persona que amaba.

Goodbye My Love ✦Kookmin✦ -ONESHOT- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora