Señorita Perfecta!

"En el mismo infierno"

Aun dudosa acepte con un movimiento de cabeza, el no hizo ninguna señal de la mochila que llevaba consigo a todos lados saco otro móvil, se lo puso en el oído esperando que la otra persona contestara. No podía quejarme la madrugada anterior me quede dormida en el suelo, tan solo fueron unas horas para que mi espalda se quejara.

Se levantó y salió de la habitación.

No tardo en volver cargando un colchón dejándolo en el suelo.

-¿No te quitaras el pasamontañas? Sebes no es como si fuera a describir tú rostro a la policía hagan un dibujo y luego te rastren.

-Sabes no creo que tengas el privilegio de ver mi rostro-me imito con ironía.

-Ni que fueras un ángel o héroe tú mismo lo negaste-defendí.

Era tonto, fuera de lugar que estuviera teniendo una plática con mi secuestrador, pero bueno era una forma de no terminar loca o que el proceso fuera más lento.

-Y es cierto. Solo soy un villano muy hermoso para tus ojos.

Arque una ceja y sonreí. Ya eran dos veces que me hacía curvar mis labios, no por que tuviera que hacerlo pues la situación no me lo exigía, lo hacía por que en verdad me nacía.

-Eres un engreído, uno muy idiota.

Tomo el pasamontañas y lo tiro hacia tras. Un engreído con mucha razón pensé. ¡Que me condenen si estoy mintiendo¡ Estaba anonada.
Su cabello era negro azabache, sus ojos grises lucían mejor, nariz recta, mandíbula cuadrada y ni hablar de sus labios.

-¿Te comió la lengua el gato?-bromeo.

-Tonto-mustie.

Me miro divertido y luego soltó una leve carcajada. Esa carcajada que comenzaba a gustarme. Al menos cuando se tratara de un tema ajeno a la muerte.

-Vamos señorita perfecta no ponga esa cara.

Acomodo el colchón en la esquina izquierda del fondo.

-¿Puedo dormir del lado de la pared?-pregunte.

-Sí. Solo mantente ahí

-Eso lo sé-le dije, fui hasta el colchón y me senté en el borde con las rodillas cubriendo mi pecho.-¿Porque estás aquí?

-Eso no te importa-contesto frío

Valla este chico tiene un serio problema con la bipolaridad. De momento me quiere matar y luego es simpático. Me confunde. Lo miro mientras el tendía el coloco dos sabanas aun dobladas al otro lado.

-Tenemos que salir.

-¿Qué?-pregunte.

-Mantente callada tómalo como un consejo.

Volvió a amarrar mis muñecas con menos fuerza, abrió la puerta y salimos al pasillo tomando la dirección contraria a por dónde venimos. Varios hombres la mayoría sin pasamontañas sacaban con ellos a chicas en un muy mal estado.

Pero una chica en específico llamo mi atención. Cabello rubio.

-Lucy-dije con voz ahogada al verla en un estado fatal.

Gray ignoro mí grito, seguíamos caminando. Un gran salón vacío y sucio nos aguardaba, el lugar se empezaba a llenar y no perdí de vista a Lucy. Él debía saber dónde estaba Lucy desde un principio, pero tenía miedo de preguntarle o al menos el día de ayer.
Como si ella me percibiera giro a mirarme. Mi pecho se contrajo al ver su rostro magullado y mis lágrimas empezaron a salir.