"El chico de las pizzas"
No les ha pasado que se llegan a traumar o obsesionar con alguien, bueno a mí sí me pasa con el repartidor de pizzas es un chico como de mi edad.
Tiene la piel pálida, cabello negro con rulos por todos lados y unas hermosas pecas que decoran su cara.
Solo sé que se llama Finn y ordenó pizza la mayoría del tiempo solo para poder verlo unos cuantos segundos, ni siquiera minutos.
Esta vez decidí ir al establecimiento pero no para verlo si no porque tenía ganas de una pizza.
Entre en el lugar y me atendió una señora, muy amable, me senté para esperar pues se tardaría alrededor de 20 minutos, hasta que veo que llega el susodicho
Dios mío, ¿por qué me pongo nerviosa de tan solo verlo?
Se sentó a unas dos sillas de distancia, no me ha visto eso es lo bueno, así que decidí usar mi celular pretender que estoy viendo algo interesante.
-Hey - escucho que me dicen, levantó la mirada y es el
Hola -le digo mostrándole una sonrisa-
Oye tú eres la que vive en ________ ¿verdad? -te pregunto
Qué vergüenza solo me conoce como la chica que pide pizza un montón de veces en el mes
Si jeje soy yo -le respondí apuesto que mi cara está como un tomate
Finn se levantó de su lugar y se sentó a un costado
Se me hizo extraño verte aquí, casi siempre pides a domicilio, una clásica de pepperoni-dijo con una sonrisa
Qué vergüenza que ya te aprendiste mi orden -le dije tapándome la cara
No te preocupes, es que me acuerdo porque, bueno no nada -dijo nervioso rascándose la nuca
Estuvimos platicando un rato hasta que alguien gritó mi orden
"UNA CLÁSICA DE PEPPERONI PARA ________" levante la mano no se porque me sentí en la escuela y recogí mi orden
Bueno ya te tienes que ir -me dijo Finn con una media sonrisa o más bien una mueca-
Si, me gusto mucho hablar contigo- le dijiste aunque no te querías ir
¿Alguien viene por ti? -me preguntó
No me iré caminando queda un poco cerca -le dije viendo hacia la calle
Bueno mi turno ya acabo, si quieres te puedo acompañar -dijo jugando con sus manos
Si no hay problema, si quieres te puedes quedar un rato no creo acabarme esta pizza sola -le dije sonriendo a más no poder
Bueno vamos ya -dijo quitándome la pizza de las manos
Nos fuimos hasta mi casa a pasar un rato hablando acerca de nuestras vidas y comer pizza, así fue como comencé esta nueva relación