Amanecer #1.3: Lágrimas De Muerte.

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24 De Septiembre. Año: 2016.

-Señorita, ¿usted está dispuesta a correr el riesgo de cuidar a un niño que nisiquiera conoce su nombre?.

-Estoy segura. Todo lo que quiero es cuidar a ese niño como si fuese mio, solo tengo deseos de hacerlo feliz. Aunque tenga dos hijos de sangre y esté soltera voy a hacerlo cueste lo que cueste. No me importa tener que esperar toda una vida, solo quiero hacerlo feliz, y mientras el lo esté yo también lo estaré. Así que, le pido de rodillas, dejeme adoptar a ese niño señoría, no quiero pensar que vida tendrá en un orfanato.

-¿Algún otro testigo?.

-No señoría.

-Muy bien, eh oido suficiente. La dejaré adoptar a el niño, pero en cuanto recupere su memoria tendrá que llevarlo a una comisaría para decirnos que fue lo que pasó la noche de la masacre Red Plane, ¿Estan de acuerdo señores?.

-Por supuesto señoría, esperamos que de la orden de adopción.

-Bien, orden concedida.

R.E.E.O

Una sonrisa se formó en mi rostro, la esperanza se manifestó de nuevo y el miedo a perderla desapareció.

《Sabía que no me abandonaría》, me decía a mi mismo.

Cada vez estaba más cerca, poco a poco podía ver que aquél cabello negro estaba a solo unos metros de mí y aquella bufanda se notaba más claramente con cada segundo que prestaba atención.

Pero... Cuando estaba frente a mí... Pude ver que... No era ella.

Era una chica de cabello negro, sudadera gris y bufanda color negro. Ella me miró asombrada, pero yo lo estaba más.

No podía creer como pude pensar que era ella, que vendría a buscarme.

Alguien que llegué a conocer en unas horas podría no dejarme en unos minutos.

Definitivamente, me sentía un gran idiota por pensar que... Las rosas como ella no tienen espinas.

Nos miramos por unos segundos, entonces, ella volteó y miró hacia atrás. Luego me miró nuevamente y dijo.

-Vamos, te sacaré de aquí.

Me tomó del brazo y empezó a cargarme. Apoyaba mi brazo sobre sus hombros mientras intentaba caminar, pero entonces se escucharon gritos.

Una de esas cosas estaba detrás nuestro, empezó a correr directamente hacia nosotros a gran velocidad.

Aceleramos el paso, pero no lo suficiente para poder escapar.

Ella paró y empezó a mirar al suelo, pensando en algo. Luego me miró a los ojos y dijo.

-Perdóname.

Me soltó y empezó a correr, mientras que yo la miraba.

Me dio mucha rabia pero a la vez tristeza. 《Ahora son dos》, me dije a mi mismo mientras veía desaparecer su figura en la niebla. Por un momento llegué a desear que la maten a ella, pero pensar eso no me ayudaría a escapar.

Two & Two: Adiós A Lo Normal (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora