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Luego de una semana su horario se estabilizó, volviendo a ir por Ofelia a la escuela sin problemas. Cuando la hora de salida llegó pudo ver a todos los niños salir de sus salones, varios yendo al patio de juegos y otros cuantos directos a la salida, su pequeña era uno de esos niños, al verlo no dudo en ir hasta él, con la atenta mirada de la maestra en guardia quien se aseguraba de que cada niño estuviera con sus padres.

-Hola hermosa ¿Cómo estuvo tu día? -Guillermo tomó su mano para comenzar a caminar.

-¡Bien! -dijo con emoción- hoy me dieron una estrella -señalo la pequeña, Guillermo la había notado pero sabía que le gustaba ser ella la que se lo dijera- la Miss Kari me la dio por hacer primero mi dibujo.

-Mi pequeña es toda una artista -Ofelia sonrió, le gustaba cuando su padre la elogiaba.

-Me parece que alguien se merece un premio ¿Tú qué piensas? -Guillermo hizo una media sonrisa, esperando a que su pequeña reaccionará.

-¡Si! -río leve al ver lo mucho que había sonreído.

-Bien entonces ¿Te gustaría comprar los dulces que quieras para ver una película? -Ofelia asintió emocionada, comenzando a tararear una canción con cada paso que daba.

Para llegar a su hogar tenían que tomar un autobús pero esta vez harían una parada en el supermercado para comprar los dulces y demás, aunque el camino era el mismo, ambos caminaron a la parada habitual a esperar su autobús.

-¿Samuel viene? -Guillermo contuvo las ganas de rodar los ojos al oir aquello, Ofelia no paraba de mencionar a Samuel toda la semana, aunque era de esperarse si se toma en cuenta que apenas y lo había visto- ¿Con Dante? ¿Viene con Dante?

-No mi amor, Samuel tiene cosas importantes que hacer -mintió, apenas había visto a Samuel antes de irse al trabajo, parecía no tener planes pero no se molestó en incluirlo en los suyos.

-¿Danny si viene? -Ofelia espero la respuesta mientras veían los autos pasar.

-Tampoco él, tenía que ir a ver a su madre -Guillermo esperaba que las preguntas pronto acabarán, no quería pasarse el resto del camino contestando porque el cielo es azul y esas cosas.

Para sorpresa de Guillermo Ofelia no pregunto nada más, era algo extraño pero en parte lo agradecía, y no era porque odiara contestarlas pero había sido un día pesado y no quería errar en algo y dejarle una mala información.

-¿Yo tengo mamá?

Guillermo dejó de respirar, no reaccionado unos segundos, antes Ofelia no había mostrado interés en saber aquello, y no pensaba que llegaría a preguntar aquello tan pronto. Claro que tenía una respuesta para ello, la había pensado desde él día en el que decidió adoptarla, pero ver que el momento había llegado lo tomó por sorpresa, prefirió no contestar, al menos no ahora, necesitaba ayuda. Cuando el autobús llegó ambos se subieron, Ofelia sólo esperaba una respuesta pero al no tenerla en ese instante perdió un poco el interés, aunque la idea ya estaba en su cabeza y no tardaría mucho en volver a preguntar. Se sentaron casi al fondo, Ofelia en el lado de la ventana y él a su lado, la menor comenzó a jugar algo que había inventado en su mente mientras veía el exterior, mientras que Guillermo sufría un colapso.
Avanzaron unas cuadras más y Ofelia pudo reconocer la tienda a la que habitualmente iban pero no bajaron ahí, al contrario, siguieron unas cuadras más hasta que reconoció su edifico, no entendía muy bien que es lo que hacían ahí. Bajaron en su parada habitual y pudo reconocer al instante que iban directo a su edificio, y no a la tienda.

-Papá...

-¿Qué pasa amor? -Guillermo iba escribiendo algo en su celular al momento de entrar.

Dante || Wigetta (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora