[ seis ]

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HoSeok ni siquiera podía encontrar las palabras exactas para describir todo lo que había pasado, porque solo había una forma de describirlo y era raro, en toda la extensión de la palabra.

Aunque los pequeños ojos curiosos de su novio que seguía acariciando con cariño sus orejas lo obligaron a tragarse su incomodidad.

Le contó de lo enojado que se había sentido por la pelea inicial, como había sentido que no era tan importante para el mayor.

De cómo la culpabilidad después de la pseudo pelea fue mayor que decidió salir a pasear un rato para aclarar su mente y regresar a casa para hablar en calma sobre lo que le seguía molestando.

— Fue entonces que llegó ese chico, el que te habló cuando estábamos en el parque y me ofreció una manzana.

— ¿Park JiMin? —HoSeok asintió, quejándose débilmente cuando sintió al mayor tirar de su oreja, la de perro— es peligroso aceptar comida de desconocidos Seokkie, mira lo que provocó.

— Lo sé, pero ese día estaba tan triste y la manzana lucía tan deliciosa que no pude negarme. Él dijo algo raro y desapareció, intenté buscarlo, pero se esfumó.

— Y ese bastardo aun sabiendo lo que te pasó se atrevió a acercarse a mí y ofrecerme comida igual que a ti —YoonGi bufó enfadado— me las pagará.

— Calma, el punto es que no me sentí mal ni nada. Volví a casa y tomé una ducha pero cuando salí comencé a sentirme demasiado somnoliento y caí dormido.

La carita confundida del mayor distrajo al castaño de su relato y se detuvo por un segundo para dejar un beso sobre su frente que provocó que sus mejillas se colorearán de carmín.

El menor se alejó con una sonrisa satisfecha al ver a YoonGi llevar sus manos hasta su rostro, gesto que hacía cuando se avergonzaba.

— Desperté siendo un cachorro y estaba casi tan asustado como tú.

YoonGi asintió, todo sonaba demasiado loco pero las orejas suaves y peluditas sobre la cabeza de HoSeok respaldaban su historia.

— Aunque debo de admitir algo y puedes enfadarte si así lo quieres porque es estúpido. Por un momento llegué a pensar que tal vez siendo un cachorro tendría tu atención y el cariño que tanto había exigido.

La cabeza de HoSeok descendió, sintiéndose avergonzado por lo que acababa de admitir en voz alta, pero YoonGi seguía mirándolo con tranquilidad. El menor no tenía idea de cuanta tranquilidad le había traído al verlo junto a él durante la noche.

— Creo que no puedo sentirme enfadado después de lo que paso —YoonGi dejo un beso en el cabello del menor y lo tomó por las mejillas, obligándolo a levantar el rostro— la angustia que sentí ante la idea de haberte perdido fue mayor. Y creo que en parte mi desinterés provocó que te orillará a pensar eso.

— ¡No, no! No digas eso bebé, creó que ya terminé de comprender que ahora tienes responsabilidades mayores y fui demasiado egoísta, porque tú eres tan lindo y cariñoso conmigo cuando tienes tiempo.

— No intentes excusarme tonto —YoonGi golpeó con poca fuerza la frente del menor, provocando un puchero en sus labios— el tener una pareja estable también conlleva cierta responsabilidad, debes estar ahí en los buenos y malos momentos, escucharte y apoyarte, y nosotros no hacíamos nada de eso.

Ambos se miraron y se abrazaron con fuerza, prometiendo en silencio arreglar todo lo que había dañado su relación y los había alejado. YoonGi fue alimentado por HoSeok después de que decidieron ser productivos durante el día.

— ¿Y por qué tienes orejas de perro? —preguntó YoonGi con voz calmada mientras veía al menor moverse alrededor mientras preparaba el desayuno para ambos.

good boy ; hopegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora