Mi Condena (SlenderXJeff) Threeshot

Mi infierno

¿Desde hace cuánto que no veía la luz del sol? O... ¿La luna posarse en su piel? Cuando uno se la pasa encerrado en una habitación sin siquiera ventanas, suele perder la noción del tiempo, como cuando estás delante de la PC.

¿Cuánto tiempo habría pasado ya? Cuatro... Cinco, ¿años? ¿Meses? Quién sabe, no lo sabía, y ya hace mucho había dejado de importarle. Se acostumbró a pasar mucho tiempo dentro de cuatro paredes mohosas y viejas. Para él, el tiempo pasaba lento... A veces tan rápido cuando se perdía en sus divagaciones, y aquellas vocecitas molestas dentro de su cabeza lo distraían de la soledad. Meterse en sus pensamientos se volvió una costumbre, reflexionar como cada vez se volvía más mierda con tal pasaba el tiempo.

Sus tobillos y muñecas escocían, debido al roce constante de las cadenas.

Miró su brazo con desdén, que chorreaba sangre y humedecía la seca. No sabía cómo se le había vuelto a abrir la herida, pero ahí estaba... Sangrando como un cerdo otra vez. No era como si pudiera quejarse... Su cuerpo había quedado en peores condiciones en veces anteriores. ¿Cómo no recordarlo? Las cicatrices y hematomas en su piel se encargaban de refrescarle la memoria cada vez que se veía a sí mismo, o se movía demasiado.

Subió su mirada, y se encontró a sí mismo reflejado en los trozos del espejo destrozado enfrente suyo. Por más que lo intentara, no podía reconocerse... A veces se preguntaba qué había sucedido, como había pasado... Por qué estaba ahí. Pero su cabeza siempre le hacía malas jugadas y las pesadillas distorsionaban su pasado, y mezclaba los verdaderos recuerdos con éstas.

A decir verdad, era frustrante. Con la yema de sus dedos acarició la cicatriz de aquella sonrisa tallada en su rostro, haciendo resonar las cadenas por toda la habitación. No lo admitiría, pero tenía miedo... Miedo a dejar de ser hermoso, de dejar de ser él mismo... Tantos años le había costado encontrarse con su verdadero yo... ¿Para terminar de esta manera? ¿Para morir encerrado y encadenado como un animal?

Pero no. Sabía que él no lo dejaría morir tan fácilmente.

Él. El causante de toda su miseria, su opresor, su verdugo. No sabía quién era, o qué era, pero lo único que tenía claro es que por su culpa no podía ser libre, no podía salir a ser feliz, sentir el mango del cuchillo llenarse de sangre que no sea la de él mismo. De igual manera, no tenía un rostro para escupirle su odio.

Ahora que lo recordaba... Las únicas veces en las que sabía que era de noche es cuando él se iba, cuando lo dejaba a solas en ese cuarto, en ese cuarto con olor a putrefacción, muerte, sangre... Sexo.

Básicamente, de eso se trataba su encierro... O al menos, eso era lo que creía él. nunca se iba sin antes tocarlo, y abusar de su cuerpo... Nunca se iba sin antes humillarlo y dejarle bien en claro que era escoria, nunca se iba sin antes dejarle una nueva cicatriz o romperle algún hueso.

Era un ser despiadado. Tal vez, en otras circunstancias le hubiera parecido divertida su actitud violenta y miserable... Si no fuera él el que tuviese que recibir toda su tirria... Era algo que no terminaba de comprender.

El crujir de la puerta abriéndose lo sacó de sus pensamientos y la poca luz que emanaba del cuarto contiguo recorrió la habitación pegándole de forma molesta en sus ojos. Bajó la mirada, agradeciendo tener el cabello lo suficientemente largo como para ocultarlo de la luz y remplazar la función de sus párpados quemados.

No sé molestó en ver quién era. Sólo se limitó a permanecer cabizbajo en su lugar, respirando de forma pausada y débil... No quería. No se sentía listo para volver a sentir dolor, a pesar de todo el tiempo que llevaba resistiendo aquello.