Este escrito es algo diferente, y dejaré que se den cuenta por el contenido.
Los pequeños momentos de la vida, son los que la hacen única, como ese primer almuerzo en el comedor de la universidad, o la clase de triología del universo, o el simple hecho de caminar por ahí y descubrir plantitas que se cierran al sentir tu tacto. Son esas risas compartidas con tus compañeros y personas especiales que no dan tiempo a subir a ninguna red social. Siento que la vida es esto, con sus malas y sus buenas, altos y bajos. Quizás uno no se siente completo en la que creemos una perfecta e infinita adolescencia, pero solo es cuestión de creer, creer en ti, en lo que puedes lograr hacer, nunca debes de dejarte llevar por los malos comentarios que dicen de ti, tu tienes magia, eres arte, nadie debe ni tiene que hacerte sentir inferior, puedes brillar como las estrellas en el cielo, eres alguien único y especial.
En algún que otro escrito me salgo del tema central, pero es que aveces siento que no tengo las palabras necesarias o una sola que pueda englobar todo lo que quiero decir.
Pero, debes vivir tu vida, sobresalir por quien eres, hacer lo que te gusta, felicitarte a ti mismo por tus logros. Un antídoto de supervivencia propio que podrías crear, sería anular las opiniones de los demás entorno a ti.
No existe mejor cosa que encararte al mundo por quien eres, no crear un antifaz en el cual ocultarte, siéntete libre de expresarte por las cosas que sientes, aprovecha el ahora, disfruta mientras puedas y verás que en un futuro en el que ves lejano pero no lo está, no te lamentarás por cosas que quisiste haber hecho. Esos momentos únicos no se repiten, conoce uno que otro amarillo, pero cuidado, no esperes que se vaya a quedar, son las mejores personas, pero vienen con tiempo limitado.
