Capítulo 4

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HarryPov
Baje por el ascensor algo ido, me sentí un estúpido por la pregunta que le hice a Louis, ¿cómo alguien tan hermoso como el puede ser gay? Solamente a mi se ocurre preguntar, no niego que tenía mucha esperanza pero el las destruyo todas.

—Muchas gracias por llevarme a la oficina Velvet— le dije a la recepcionista con una sonrisa fingida.

—No fue por nada Harry— me sonrió, después de unos segundos se levantó y camino hacia mi —Harry, ¿abriste el papel que te entregue?— me dijo demasiado cerca de mi.

No sabía que contestarle no quería decirle algo como "Lo siento Velvet no me van las vaginas" eso sería muy descortés.
—Sí Velvet lo vi, gracias sí necesito algo te llamo— le conteste y salí lo más rápido que pude del edificio.

Subí a mi auto y me dirigí a la playa, sólo necesita relajarme un poco.

LouisPov
Me sentía realmente mal, Harry había sido muy amable conmigo y yo tan descortés.
Estoy seguro que se llevo una mala imaginen de mi y no me querrá volver a ver en su vida.

La puerta se abrió dejándome ver a Stephen en el marco, se veía algo alterado, se acercó a la ventana y cerró la cortina, yo sólo lo miraba en silencio.
—Louis toma tus porquerías, ya nos vamos a casa hay un problema— me dijo sin mirarme.

Sin decir una sola palabra empecé a guardar mis pocas cosas en mi pequeño maletín, cuando estuve listo salí por la puerta juntó a mi hermano, bajamos el elevador, caminamos hacia la puerta y pude sentir una mirada sobre mi, voltee hacia la recepción y pude ver a la recepcionista mirándome fijamente, solamente baje la vista y seguí caminando hasta llegar al auto de mi hermano.

Sabía que no debía preguntar, pero en serio quería preguntar que había pasado en casa para que saliéramos de la empresa mi primer día de "trabajo".

—Stephen..— lo llamé en un susurro apenas audible.

—Que quieres Louis?— me contesto con voz irritada.

—¿Que sucedió? ¿Por qué salimos de la empresa?— pregunte algo más seguro.

El sólo me miro, arranco el auto, espere su respuesta por unos segundos y no me decía nada. Estaba desesperando me así que me atreví a llamarlo otra vez —Stephen..— gran error Louis.

—¿QUE QUIERES LOUIS? ¿NO PUEDES CERRAR LA MALDITA BOCA?— me respondió gritándome está vez.

—Lo..lo siento Stephen.. Yo sólo quería.—. me corto diciéndome —NADA TU NO QUERÍAS NADA SÓLO FASTIDIAS LOUIS, ¿QUIERES SABER QUE PASO? TU HERMANA, TU MALDITA HERMANA ESO PASO, AHORA CIERRA TU JODIDA BOCA— simplemente me quede callado tragando me los sollozos que estaban atrapados en mi garganta y limpiando me disimuladamente las lágrimas que amenazaban con salir y delatarme.

Llegamos a la casa, Stephen apago el auto y salió por la puerta, yo lo imite y juntos caminamos hacia la entrada y pude escuchar gritos que provenían de adentro, Stephen abrió la puerta con sus llaves y entramos.

Mi madre Charlotte y mi hermana Meredith estaban gritándose otra vez, esto se hacía cada vez más cotidiano pero algo me decía que ahora era en serio.

—TU NUNCA ME APOYAS— gritaba mi hermana de 22 años en el segundo escalón de la escalera.

—¿ES QUE NO ENTIENDES MEREDITH? NO SEAS ESTÚPIDA ¿CÓMO PUEDES SER TAN SOÑADORA? PON LOS PIES EN LA TIERRA— contesto en un tono muy alto mi madre que estaba en la sala a un lado de las escaleras.

—Sólo quiero cumplir mi sueño mamá, MI SUEÑO! Y tu no eres nadie para arrebatarme lo— mi hermana sollozaba con una voz entre enojo y tristeza.

—Soy tu madre Meredith y no quiero una hija pianista, entonces ¿no sirvió de nada todo lo que invertimos tu padre y yo en tu educación?— respondido mi madre aún con voz molesta.

—No me importa lo que gastaron, no me interesa porque yo no les pedí que me pagarán la universidad TU LO HICISTE, tu me obligaste a estudiarla, ahora que la acabe déjame hacer lo que me gusta— dijo Meredith sentándose en el escalón.

—No quiero una hija pianista y lo repetiré las veces que quiera, ¿me estas escuchando? Vete a prostituir sí ganar dinero es lo que quieres, pero de pianista no vas a sacar ni siquiera para comprarte bragas—  respondió mi madre sentándose en el mueble de la sala.

—No puedo creer que digas eso, que me digas eso a mi, que soy tu hija, ¿sabes que madre? Esta bien, sí no quieres ver como cumplo mi sueño me iré pero no me busques, me voy hoy— grito mi hermana subiendo las escaleras.

—¿A DONDE CREES QUE IRÁS?— grito de igual manera mi madre.

—Lejos de ti— escuche el grito de mi hermana en la planta de arriba.

No puedo creer que esto me este sucediendo, me dije a mi mismo mientras pasaba a lado de mi madre y subía las escaleras en busca de mi hermana.

Blue Paradise | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora