𝒞𝑖𝑛𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑑𝑒𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜

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Aquellas últimas veces, en las que sigo llegando tarde.

私はそこにいたらいいなあ



     Cuando llegue la coyuntura de una despedida sin advenimiento, a la vida le dará igual lo mucho que recemos

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     Cuando llegue la coyuntura de una despedida sin advenimiento, a la vida le dará igual lo mucho que recemos. Desde que nacemos, se nos graba en los huesos una fecha de vencimiento. Somos como una estatua cristalizada, sintiéndose desamparada por no saber con cuál propósito ha sido tallada. Aun así, hacemos lo que podemos por mantenernos despiertos, sin importar la falta de discernimiento que envuelve a este ciclo etéreo.


¿Cuánto tiempo habrá pasado desde la última vez que hablamos?

Cada que nuestros caminos se cruzan, tú tan solo pasas a mi lado

¿Cuánto tiempo hemos desperdiciado sin reír en un sitio inadecuado?

Sin entrar de nuevo a escondidas, por los pasadizos de mi habitación

Sin volver a dejarnos llevar, por una falsa predilección

¿Cuánto tiempo habrá de pasar para volver a congeniar?

Profanar la tumba de una hermandad que no retornará


     Una explosión de sentimientos nos expulsó de ahí, extendiendo tu patética lista apenas me fui. Sucedieron miles de acontecimientos que me hacen cuestionarme el cómo sigo aquí. Marcaron un punto y coma, en mi taciturna historia, no quiero que ellos se lleven toda la gloria. 

     Otra puerta, otra decisión, otro día en el que dudaba quien era realmente yo. El refulgente contorno de su cuerpo se aproximaba, atravesaba un puente consumado en amapolas y una pregunta alterada.


Odio la nostalgia que me ocasiona pensar en determinadas madrugadas

Esas en hablaba hasta que me desleía en palabras que no estaban ordenadas

Esperaba que llegaras para refugiarme en tus brazos de las cosas malas que pasaban

Pero desde la raíz se fue pudriendo esto, ya no esperaba tus llamadas

Dejaste de soportar mis instantes de indiferencia deshilada

¿Qué hubiera pasado si no hubiéramos acabado

ese algo, que pudo habernos finalmente salvado?


Vocablo tras vocablo, países abandonados

Creí que nos enviábamos misivas sinceras 

Creí que era verdad lo que la una para la otra era

No pensé que terminarían convirtiéndose en epístolas traicioneras

No pensé que terminarías siendo parte, de esta imprevista esquela 


     Las áreas despejadas en las calles mostraban como las personas comenzaban a encontrarse, así mismas y a alguien con quien consagrarse, para sacrificar su sangre a cambio de no volver a estar solos, en el mismo abismo de antes. 

     Supuse que esa persona lograría despertarme, pero dejó de importarme cuando te conocí, tan extraña y distante, nunca tuve tantas ganas de acercarme a alguien. Tú, los demás, tantos lugares a los que podía entrar. Juraron que por siempre estarían a mi lado.  De todo y todos debí alejarme, otra vez, ¿puedes ver como los equívocos se repiten del revés?


¿Acaso debí haber aguardado y escribirlo en otro lado?

Sí, quizás era mejor hacerlo, con otros textos no relacionados

Así como también debí haber hablado

Puede que fuera mi culpa el no llegar antes de que cayeras en sus manos

Sí, de seguro eso es lo que ha pasado

Pero en un verso impregnado de tiempos compuestos

De un subjuntivo que se ha quedado descompuesto

Quisiera creer que existe una forma, de recomponer lo ya muerto


     Los omito por unos días, a ti y a esa espada que tengo ceñida a las costillas. Me propongo el intentar visualizar hacia que dirección apuntará la brújula cuando ya no estés acá, porque estoy segura que serás tú quien de por concluida esta despedida. He dejado esta abertura sin cerradura, ya que temo que salga esa persona que tanto detestaba y entre quien menos lo esperaba. 

     En la banca que presenció la primera vez que me sentí exenta, recargo las conversaciones que se han incinerado en la imprenta, convirtiendo sus restos, en ideas indigestas. Dejo caer mi mis manos, dejo descender gotas salinas por mis labios. Miro como el éter azulado, empieza a tornarse de un lúgubre nublado.

     ¿Qué sucede? ¿Por qué no hay nadie? ¿Dónde están las personas que prometieron estar a mi lado cuando el presente se acabase? Las puertas están cerradas, las ventanas han sido selladas. Se han escabullido de sus propias máscaras, se han escondido tras una engañosa alianza. 

     El firmamento del cosmos deja caer todo el peso de su impensado anudamiento. Las luces del cielo se pigmentan de un bermejo apocalíptico. Hasta aquí hemos llegado quienes hemos sobrevivido, solo se quedarán esparcidas las partículas... de lo que alguna vez fuimos.

ㅤMELODÍA FRAGMENTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora