Un mundo en los sueños

El comienzo

Al llegar a casa después de la fiesta y cambiarme la ropa por un pijama, me decido a escribir en mi diario. Tengo ese diario desde los 13, dónde escribo todo, desde mi primer novio hasta el día que me cogieron en el Mcdonald's.

Ha sido una noche especial, muy especial más bien, querido diario.
Ha pasado de todo, nos hemos reído, hemos llorado a causa del alcohol, me han dado una caja extraña cuyo grabado no logro interpretar.
Me han hecho uma fiesta sorpresa con globos e incluso una tarta.
Mi familia se ha portado genial también, mi madre ha sido la primera en felicitarme, ha estado todo el día conmigo hasta que me fuí a trabajar. Mi padre... como siempre, un beso y poco más. Bueno miento, me ha dado dinero, sino no podría haber salido de fiesta, jiji.
Y mi hermano me ha felicitado a última hora. Adora hacerme de rabiar.
Bueno, te cuento más mañana pequeño.

Me dispongo a irme a dormir pero antes miro por última vez la cajita. ¿Qué pondrá? No entiendo nada, la dejo en la mesita de noche y sin darme cuenta se me cae al suelo y una especie de luz sale de su interior. La recojo y la dejo, esta vez con más cuidado, en la mesita. Me tapo con las sábanas y me pongo a dormir una vez apagada la luz del cuarto.

-3:33 de la madrugada-

Siento una leve levitación de mi cuerpo pero no puedo abrir los ojos. Cuando consigo abrirlos veo que no estoy en mi cuarto, estoy en una especie de reino, hay un bosque con todo tipo de árboles. Es muy colorido, muy mágico. Al fondo del todo veo un resplandor, algo que realmente me cautiva y me atrapa. Me dirigo hacía ese sitio observando cada detalle. ¿Qué es ese lugar y por qué sueño con ello?.

- Verónica, por fin has llegado. Estábamos esperándote. Soy Maurin, encantado. -Me dice un chico pelirrojo, de un metro setenta más o menos. Delgado y con pecas por su rostro. Tiene unos ojos que te pierdes en ellos.

-H-hola, ¿nos conocemos? -digo dándole la mano.

- Aún no me conoces, estás en Irias, el Reino de los Sueños. Tu mente ha sido capaz de transportarte a este reino. No te preocupes, te enseñaré todo, tenemos toda la vida por delante. -me dice con una sonrisa encantadora mientras caminamos a través del bosque.

-Vale, creo que esto es demasiado raro hasta para mí.

Freno en seco al encontrarme cara a cara con un edificio enorme, de estilo gótico, y unas puertas que se abren con la frase 'que tus sueños te guien'. 

- Entra sin miedo -me dice dulcemente Maurin -Esta será tu casa a partir de ahora. Te presentaré a Mina, para que te enseñé tu cuarto y el resto de la casa. -sonríe y se aleja.

Mientras espero a esa tal 'Mina' me dedico a observar cada detalle de esa casa, está todo tan limpio y ordenado. Es increíble. Me quedaría para siempre aquí.

- Tu debes ser Verónica - se oye a lo lejos la voz suave de una chica. -Soy Mina y seré tu guía y compañera de cuarto.

Me lleva a la derecha, hacía unas escaleras doradas. Una vez arriba vamos a la derecha y me encuentro con un pasillo largo lleno de puertas.

- Nuestro cuarto es el 125, al fondo, te va a encantar, tiene baño propio y mucha luz.

- ¿Pero por qué yo?. - pregunto frenando en seco. -yo no pedí nada de esto y quiero saber que está pasando.

-Tranquila Verónica, mañana el Señor te explicará todo, ahora debes conocer todo esto y descansar, mañana será un día largo.

Entro al cuarto y la verdad es que es bastante grande y luminoso, las camas son enormes y el baño simplemente me encanta.

-Deberías darte una ducha e irte a dormir. Mañana verás todo de otra manera y lo entenderás. -Me dice mientras se sienta en la cama.

Me dirigo al baño a ducharme. 10 minutos después salgo y me pongo el pijama que Mina, que ya no estaba, me había preparado en la cama. Me visto y me meto en ella. La verdad es que es muy cómoda.

Me dispongo a coger el móvil. ¿Qué hora sería? Bueno da igual, mañana todo habrá acabado. -pensé, ingenua de mí.

Me duermo.