s u n

673 163 42
                                    

Habían pasado cuatro años desde que YoonGi se había ido de su vida, tres desde que había dejado de verlo. Le había costado demasiado trabajo dejarlo ir de pronto pero conforme pasaba el tiempo podía sobrellevarlo, trabajó en ello hasta que ya no lloraba por las noches aunque claro siempre dedicaba unos minutos de su semana para preparar un par de tazas de chocolate caliente y sentarse en el porche de su casa a platicar con él acerca de lo que había hecho en ese tiempo.

Afortunadamente no había tenido que pasar por todo aquello solo pues Jeon JungKook su ex compañero de la universidad y un amigo bastante cercano se había portado bastante bien con él, incluso prestaba su auto para que TaeHyung pudiese visitar a YoonGi que era justo lo que estaban haciendo en ese momento.

El chico de cabello cenizo estaba sentado en el césped, JungKook también pero estaba un metro atrás dándole privacidad pero sin dejar de mirarlo pues siempre le había gustado resolver todo lo que TaeHyung expresaba con la mirada.

De pronto el mayor de los dos se giró y le sonrió de esa manera tan única, derritiendo por completo el corazón de JungKook.

 — Kookie ¿Puedes acercarte?— el castaño asintió mientras se recorría para quedar sentado junto a Tae — Lo conoces bien, hyung. Era nuestro amigo, ustedes dos solían pelear a cada momento por cosas tontas. —JungKook sonrió ante el recuerdo de aquello y asintió  — Bueno... Él ha sido bastante bueno conmigo, Yoonie. Me ayudó incluso cuando yo lo corrí de la casa unas cuantas veces, siempre estuvo cuidando de mí. Aprendió... Él aprendió a entender a mi destrozado corazón justo como tú hiciste en aquellos días cuando mi abuela murió, hizo que entendiera que siempre estarás conmigo aunque no pueda verte y... Supo como arreglar todas esas partes rotas. Antes de irte me dijiste que querías que alguien me hiciera tan feliz como tú lo habías hecho ¿No es así? — dijo con la mirada un tanto perdida, luego miró nuevamente a su acompañante y le sonrió —Él lo está haciendo, hyung. JungKook está haciéndome feliz, estoy feliz y... No te he olvidado, yo...—  sin poder evitarlo se quebró y comenzó a llorar, JungKook le abrazó por la espalda y dejó que llorara todo lo que quisiera mientras susurraba palabras que le hicieran sentir mejor y repartía besos en su cabeza.

Pasó un momento antes de que pudiera calmarse del todo, cuando finalmente lo hizo suspiró profundamente y le dedicó una sonrisa de agradecimiento a su novio para luego reposar una mano sobre el frío mármol que tanto le recordaba a la piel de su YoonGi.

—Voy a ser feliz, hyung y nunca voy a olvidarte, por favor no me olvides nunca tampoco — murmuró, sacó una pequeña fotografía de su bolsillo y la beso antes de dejarla sobre aquella lápida —Siempre voy a amarte.

Se levantó y miró a JungKook, este no estaba molesto, al contrario siempre alentaba a Tae a que siguiera recordándole, sabía que él nunca tomaría el lugar de YoonGi pero tampoco es como si estuviera buscando aquello pues sabía que si TaeHyung había logrado enamorarse de él era porque estaba haciendo algo bien siendo el mismo sin intenciones de opacar su pasada relación.

Sabía que Tae aún lo amaba pero no se molestaría por aquello, estaba bastante cómodo con ello de hecho y es que estaba seguro de que TaeHyung le amaba a él también.

—¿Te molesta si me despido de él? —preguntó JungKook sorprendiendo a TaeHyung pero este no se negó y simplemente asintió sonriendo antes de acariciar su mejilla y darse la media vuelta para caminar rumbo al auto, JungKook esperó a que estuviera algo alejado para sentarse un poco más cerca de la tumba —Hyung... Te juro que voy a cuidarlo bien ¿De acuerdo? Yo realmente lo amo y no dejaría que le pasara nada, espero que no estés molesto con ello. Te prometo que mis intenciones con él son... Las mejores, en verdad quiero tenerlo en mi vida. Me gustaría que aún estuvieras aquí hyung, aunque no lo creas yo te extraño también, me hacen falta tus consejos... Sé que todo esto que estoy diciendo no lo estoy diciendo a la nada, sé que estás escuchándome en algún lugar así que te pido que si estás de acuerdo en que intente hacer a TaeHyung el hombre más feliz del planeta me des una señal, sólo una pequeñita, por favor. Nada me dejaría más tranquilo que saber que soy lo suficientemente bueno para él.

Sin decir nada más se levantó del pasto y acomodó las flores que adornaban la tumba de Min YoonGi, poniendo especial cuidado en los girasoles pues sabía que en vida eran sus favoritos pues le recordaban a TaeHyung.
JungKook se dio cuenta de que su celular se había caído y cuando lo levantó se encontró con aquella señal pequeñita que había pedido; un anillo dorado con un diamante en forma de corazón, parecía haber estado ahí muy poco tiempo pues no se veía percudido o maltratado, era como si lo hubieran sacado de una joyería y colocado ahí a propósito.

Se le hizo un nudo en la garganta pero sonrió.

—Muchas gracias, hyung.

Porque aquello no había sido mera casualidad, porque YoonGi estaba consciente de que los sentimientos que JungKook tenía por TaeHyung eran sinceros y viceversa.

Y Min YoonGi no podía estar más feliz pues su lindo chico de sonrisa cuadrada era realmente feliz, y para YoonGi no había cosa mejor que ver sonreír a su pequeño ángel, su sol y estrellas, el amor de su vida. Su Kim TaeHyung.

—Sé feliz, mi amor. Te prometo que no voy a olvidarte. Nunca.

ғ ɪ ɴ

❝thє sun αnd thє mσσn❞「y o o n t a e」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora