Capítulo 26. Candy

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Siempre odié éste cuarto de baño...yo era felíz bañándome en el campo con una manguera y secarme al aire del modesto Hogar de Pony donde yo me crié, ese lugar para mí, es más, mucho más que cualquiera de las mansiones y propiedades de la familia Andrew y de las de los Nobles Grandchester todas juntas. Cierto, regresando al famoso cuarto de baño en Chicago...ahora no lo odio tanto...recuerdo como Eliza berreaba y lloraba desconsolada cuando supo que era yo quien lo ocuparía al momento de que Albert me adoptó. Se trata de una bañera antiquísima de porcelana, es enorme....todos los accesorios son de otra época, imposible evitar pensar en mi maravilloso fin de semana en Italia junto a él, mi futuro esposo...En otro tiempo ésta habitación fué ocupado por la madre de Anthony, hermana de Albert, por eso nunca cambié nada de su lugar ni redecoramos nada, se que Albert aprecia el detalle, es la esencia de Rose Mary la que está aquí, no la mía. 

Hoy ruego con todas mis fuerzas por el cómodo descanso de su alma mientras me encuentro deliciosamente disfrutando de un baño muy caliente en brazos de Terry en ésta bendita bañera donde cabemos perfecto, y jugueteamos el uno con el otro pero ahora...nos permitimos el disfrutar de un maravilloso silencio, relajante...revitalizante....amo como podemos comunicarnos sin necesidad de miradas o palabras. Descanso mi espalda sobre su pecho mientras masajea mis hombros y besa repetidamente mi cabeza. Terry es muy grande y sus piernas perfectas descansan sobre las orillas de la bañera y mis piernas en medio de ellas. Mantengo la vista perdida totalmente en mi mano izquierda, mi brazo estirado mientras muevo mis dedos lentamente apreciando el brillo y la belleza de mi anillo de compromiso, una pieza única en la que él seguramente invirtió toda su creatividad y tiempo pero sobre todo su amor llevando a la creación de las figuras y las piedras perfectas. Zafiros custodiando está extrañísima y gran esmeralda gigante...

-Mis ojos...cuidarán siempre de los tuyos...-Murmura con voz ronca.

-Ha sido todo tan perfecto amor...gracias- murmuro sin despegar la vista de mi anillo.

-Candy me he encontrado con Susana en la ceremonia de nominaciones- dice sin ningún reparo, me mantengo milagrosamente tranquila, porque...por el estado en el que se encuentra, sé que nada salió mal.Oh, solo espero que no haya descargado su ira mientras me tomaba en la calle...aunque si así hubiera sido...no me hubiera importado, incluso sonrío recordando el placer que sentí esa noche.

-Lo esperaba y me alegra saber que no te ha afectado como todos creíamos.  Que sigue ahora?- pregunto un poquito ausente...algún día se borrará la sombra de ella en nuestras vidas.

-Papá me confirmó que las demandas legales están ya en curso, se les citará a juicio en Nueva York, nuestros abogados cuentan ya con todas las pruebas que se necesitan para hundirlos y....después jamás volveremos a saber de ellos.-

-Terry...aún sientes sed de venganza?-pregunto asustada, después de que le platiqué con lujo de detalles todo lo sucedido entre Susana y yo y la cena con sus padres en Londres su expresión era la del mismísimo diablo.

-No, ya no cielo...nosotros estamos juntos, nos amamos, hemos sido más fuertes, ellos tendrán que vivir con la mierda en la que pretendían sumergirnos y ese será su peor castigo, todo está en manos de la justicia, de cualquier manera, los abogados están por hacer valer las órdenes de restricción que solicitamos, no los quiero cerca de nosotros, que hay de tí?-

-Oh Terry no sé odiar, pero odio recordarte que..preferí alejarme de tí por sentir pena por ella sin siquiera investigar de fondo, no me veo vengándome de ella.- replico hablando con algo de ironía, siento la vibración de su risa sobre mi espalda.

-Estás lista para Nueva York?- pregunta acariciando sensualmente mis caderas.

-Lo estoy desde hace muchos años...las clases me esperan y...-

Bendito tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora