3- KOUKI - Solo un día como otro

402 48 3
                                    

Sinceramente no es que disfrute de humillar a tipos que aparentaban ser poderosos, es simplemente que me parecía fascinante como con las palabras adecuadas, alguien que solía tener todo a su alrededor bajo su control podía acabar haciendo lo que yo quisiera, como ocurrió hace unos días cuando ambos llegábamos juntos después de un día de jornada (de nuevo), vi como una mujer de la tercera edad maniobraba con un par de bolsas aparentemente pesadas para entrar al edificio, apresurado corrí a ayudarla.

- Buenas tardes señora, déjeme  ayudarla esas bolsas, parecen pesadas- ofrecí mi ayuda a la señora.

- Oh gracias querido, enserio que están muy pesadas, espero no sea una molestia, pero a mi edad ya me es difícil cargar con cosas pesadas- me paso sus bolsas, mientras sonreía de forma bonachona y caminaba a mi lado.

- no se preocupe, aquí mi pareja no le importa cargar con estas bolsas- dije divertido mientras le ofrecía las bolsas a un sorprendido Akashi, el cual ya estaba apunto de pasar de largo.

- Un momento, yo no...

- No me digas que no puedes cargarlos- dije fingiendo algo de preocupación- perdón, no pensé que fueran tan pesados para ti- añadí con fingida inocencia, sabiendo que su orgullo pronto lo haría actuar- no te preocupes si no puedes, yo puedo...

- ¡Claro que puedo!- de pronto su voz se oía mas ronca de lo que recordaba, y al fijarme en su rostro su mirada en mi, parecía penetrante, haciendo que mi cuerpo se estremezca.

- Pero que novio más guapo y voluntarioso tienes querido- me dijo la ancianita, mientras se agarraba de mi brazo y le sonreía al pelirrojo.

- un momento, yo no...

- Verdad que si, es todo un amor- me adelante a responder, sonrojándome al momento por la sonrisa molesta que se proyecto en el rostro de Akashi, no podía negar que se veía aun mas varonil cuando se molestaba.

Luego de acompañar a la ancianita, conseguí escabullirme antes de que llegara a reclamarme algo. De solo recordarlo me provoca risa.

- Qué es lo que te causa tanta risa, Kouki-kun- apareció de la nada mi amigo peliceleste.

- ¡Kuroko-kun!- exclame del susto- cuantas veces tengo que decirte que no me asustes de ese modo.

- Perdón, pero esta vez no fue mi culpa- dijo con su acostumbrada carita de poker- Kouki-kun a estado distraído esta última semana.

- bu... bueno e...eso...- no sabia si contarle, después de todo nadie sabe sobre mi pequeño fetiche por los hombres de personalidad dominante, podrían verme como un bicho raro.

- Ustedes cotorras dejen de vaguear, y vigilen a los niños mientras juegan en el patio- nos regañó Hanamiya-san mientras cargaba a una de las niñas- y tú princesa, vamos a lavarte las manitos antes de que comas tu merienda- esta vez hablo de una forma más cariñosa y maternal mientras se dirigía al baño.

- No termino de acostumbrarme a esos cambios de personalidad- digo mientras lo veo alejarse, es todo un caso.

- Supongo que su amor a los niños es más grande que su odio por el mundo- dijo kuroko mientras se acercaba a un niño que se habia caido al suelo.

En lo general nuestra tarde era muy tranquila, cuidabamos y entreteniamos a los niños mientras recibiamos algún que otro regaño de Hanamiya-san, y Takao-san nos contaba sobre su galan del momento.

- Y entonces cuando me dijo que tenía una sorpresa para mi, me emocione, porque crei que porfin me pediría salir- nos contaba Takao-san mientras merendábamos, aprovechando que era la hora de la siesta de nuestros niños- resulto que el muy imbécil solo quería presentarme a su novia- dijo mientras lloriqueaba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Misión "Enamorar A Mi Vecino"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora