Discusión

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No era raro ver a las mujeres de alto rango desfilar por los elegantes barandales que daban a la parte baja del Harem, desde abajo se podía ver la elegante figura de la Sultana Kosem mirar con curiosidad a las mujeres que eran educadas— parece que Osman simpatiza con Meleksima—había dicho a su acompañante

—Gracias a usted mi Principe— decía la muchacha mientras intentaba no sonrojarse—usted me salvó de ese horrible hombre...

—No tienes nada que agradecer Meleksima, es lo que cualquiera en mi posición hubiera hecho— Osman como siempre trataba de ser educado y este detalle no pasó para nada desapercibido para su madre que observaba todo desde arriba

—Que la preparen y la envíen esta noche a la habitación de Osman...— Kosem dio la orden y su sirvienta accedió con una ligera reverencia, Osman estaba por comenzar con su harem

Meleksima era nueva en el palacio y nunca esperó ser llamada tan pronto a la habitación del heredero al trono, estaba sorprendida, pero dentro de Topkapi había mas de un rostro con expresión sorprendida—¿Qué dijiste? —la cara de Mehmet se tornó seria al oir lo que su hermana menor había dicho

—Osman tendrá su propio harem de ahora en adelante— dijo Ayse como si se tratase de hablar del menú del palacio — ¿recuerdas a la chica nueva? ¿La que te llamó la atención?

—Si, Meleksima...

—Ha sido enviada a la habitación de Osmán y la vi salir hace unos momentos... parece que nuestro hermano se ha acostado con ella— Ayse vio que su hermano se ponía de pie luciendo su expresión mas furica—¡por Alá, Mehmet! —su hermana entendió lo que pasaba

—¡Suéltame Ayse! —se quejó el hijo de la sultana Kosem —ese traidor me las pagará

—Mehmet no, esa chica pertenece al Harem de nuestro hermano... tu no puedes— sintió que se jaloneaba y corría a la puerta—¡Mehmet! ¡Por Alá Sagrado, No! — salió corriendo por la única persona que podía evitar una tragedia

Osman era un príncipe y se comportaba como tal todo el tiempo, se había quedado sorprendido por la chica que entró a su habitación y cortésmente, se había negado a estar con ella, se agachó y tomó la prenda que la chica había dejado caer en el suelo, tenía un olor dulce, pero no como el que mas le gustaba del palacio—¡eres un traidor!

Reconoció enseguida la voz de su hermano menor—Mehmet ¿Qué haces? — el empujón le tomó de sorpresa, dio un paso hacía atrás—¿Qué pasa contigo?

—Eres un maldito traidor Osman— Mehmet apretaba los puños y respiraba con agitación y furia —te acostaste con ella... ¡Me traicionaste!

—Yo no hice lo que estás diciendo, la despedí eso es todo—dijo poniendo sus manos entre ellos para evitar que su hermano le volviese a golpear

—Y ¿pretendes que te crea? —Mehmet se acercó a su hermano furioso— creí en ti, te abrí mi corazón, te dije lo que sentía... ¡me escuchaste!

—¡y lo acepté! —Osman levantó la voz para llamar la atención de su hermano — y aun lo acepto, así como tu aceptaste mis sentimientos— Osman tomó con miedo las temblorosas manos llenas de rabia de Mehmet— te amó —fue una expresión tan queda pero audible que erizó cada pieza de la enorme habitación

—si tanto me amas ¿Por qué te acostaste con ella? —Mehmet se arrebató del agarre— dijiste que podíamos ser felices

—Y lo seremos pero... —no acabó su frase el puñetazo llegó a su rostro y le hizo por inercia abalanzarse sobre su hermano y forcejear con el derramando la frustración que ambos sentían — te amo Mehmet...te amo... por eso no me acosté con ella— dijo antes de darle un beso en la boca, beso que por un momento su hermano correspondió

—¡Suéltame! ¡No me toques traidor! — llegaron forcejeando hasta la cama de Osman, entre empujones arañazos y mordidas que hacían ceder el enojo por exitacion y amor que era correspondido y pecaminoso, castigado con la muerte.

—¡Mehmet! ¡Osman! — la mujer vestida en rojos ropajes entró como un vendaval y al ver forcejeando a sus hijos no pudo hacer nada mas que separarlos—Osman suéltalo... —a duras penas pudo separarlos se clocó entre dos agitados muchachos que respiraban con trabajo y sudaban profusamente, con las ropas rasgadas y marcas por todo el rostro—no puede ser... quiero saber que estaba pasando aquí...

—No pasa nada madre, pero si quieres pregúntale a tu querido hijo—Mehmet se dio la vuelta y salió a toda prisa dejando caer sus lágrimas

—madre yo ... — Osman se mostraba sumamente arrepentido por lo ocurrido, arrepentido y temeroso ¿Qué tanto había escuchado su madre? —no vuelvas a tocar a tu hermano, a ninguno de tus hermanos ¿entendido Osman? — asintió quedamente y la vio salir tras de su segundo hijo, un abatido príncipe se dejó caer en la cama con la cabeza gacha

Cuando Kosem pudo alcanzar a su hijo en sus habitaciones, no pudo hacer mas que intentar consolarle, miró su rostro e interpretó sus lágrimas—lo siento madre... te decepcioné— la sultana solo negó con la cabeza y acunó su rostro en su regazo

Kosem ahogó sus palabras, no quería hacer sentir peor a su hijo, a ninguno de sus hijos—Alá dame fuerzas...— dijo para si mientras recordaba los te amo que escuchó de la boca de Osman, palabras cargadas que a pesar de haberse dicho con furia iban cargadas de tanto sentimiento como cuando las decía ella a su querido Sultán, no era amor de hermanos, solo era amor...

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La forma en la que la Sultana comprobó mas de sus sospechas, no pensaba continuarla pero no puedo evitar verlos y que me gusten juntos, ojala les haya agradado, gracias por leer

Una Madre SabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora