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CAPÍTULO DOS :
LA LUNA MELANCÓLICA.

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Corría el sábado de un frío febrero recibiendolo

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Corría el sábado de un frío febrero recibiendolo. Tal había llegado hacía muy poco de Estados Unidos para visitar a su hermana por su cumpleaños y ya necesitaba la calidez de aquella casa.

Durante su temporada de estudios vivia junto su hermano y la familia de este en Manhattan, cerca del río y puente. Y en vacaciones viajaba hasta su natal Corea del sur a ayudar a su hermana en los negocios o bien viajaba en tiempos especiales, como este era el caso.

TaeHyung, su nombre de pila, V para sus amigos y para sus familiares Taetae.
En su infancia a pesar de la temprana muerte de sus padres tras un accidente de trabajo, TaeHyung siempre fue considerado un niño alegre. Y eso se debía a un consejo que su madre tan amante de la musica como él le dio «Todo saldrá bien, mientras puedas cantar la esperanza esta.» y así su vida entre cantos siempre fue alegre.

Su abuela, les crió a los tres llenandoles de amor, comprensión y comida, mucha comida. Dueña de un fructuoso restaurante la señora Kim pudo darles algo aún mas valioso que lo anterior, buena educación.

TaeHyung era un estudiante apasionado de la facultad de artes y ciencias de la universidad de Nueva York, liderando así las mejores calificaciones de la carrera a pesar de ser de primer año y becado. Su pasión no tan solo paraba en sus estudios, sino también en su vida en total y por sobre todo en el amor, a pesar de no ser correspondido.

Conociesen a JiSoo y todos se verían al igual que yo luchando en enamorarla, les dicia a sus compañeros de carrera para que lo dejarán en su abstinencia. Inteligente, divertida y alegre, más contando su inmesurada belleza es simplemente perfecta, agregaba cuando sus compañeros no le creían.

Para TaeHyung, ella era el tipo de mujer que deseaba tener a su lado día a día. Desde aquella noche que la conoció su vida se fue enlazando a la de ella. La consideraba a ella también un muy especial motivo para regresar a casa.

Con auriculares puestos inició a caminar con tranquilidad por el vecindario, mirando los tonos de su sombra al son de una canción L.O. V. E. del icónico Frank Sinatra. La elección de esa canción, claro que tenía un motivo y ese era que cerca de la casa de su hermana vivía el padre de JiSoo, al cual ella visitaba ocasionalmente.

Oh JiSoo, suspiraba ansioso por la mañana siguiente en donde le invitaría a salir como los buenos amigos que eran, aunque él tuviera otras intensiones.

Tan pensativo estaba que se llevó una sorpresa al toparse frente las rendijas de la casa de su hermana. En el pórtico estaba su abuela y hermana, sentadas en aquellas viejas sillas mecedoras. Al verlas enseguida se dijo que el largo viaje habia valido la pena.

—Miren a ese muchacho —aplaudía la abuela celebrando su buena salud.

—¿Será un dios griego? —asentía su hermana, que se levantaba para ir a abrazarlo.

TaeHyung sonrió con tan amplitud que dejo nula su visión. Bien que las había extrañado mucho. —Mienten tan bonito. ¡Me encanta! —exclamó recibiendo el abrazo cálido de su hermana. Ambas mujeres rieron luego.

—Vamos a comer que se enfría el Curry. —agregó la mayor luego de recibir su respectivo abrazo.

Cuando entró a la casa persistía el mismo aroma picoso que le cosquillaba la nariz al igual que cuando era niño y eso indicaba que fue su abuela quien había cocinado.

—¡Hacen todo tan bonito! —exclamó con alegría dejando su maleta cerca de la mesa, porque claro que no iba a moverse de ese lugar hasta haberse acabado todo.

Parecían tan tranquilos sentados en la sala luego del gran festín. La comida les entro bien en provecho y eso les dio una gran felicidad, sobre todo a TaeHyung quien estaba aburrido de la comida rápida.

Durante todo lo que transcurrió de ese día no hubo otra cosa más que la enérgica voz de los hermanos Kim y las celebraciones de la abuela.

En la llegada de la madrugada la diferencia horaria le levantó de la cama dejándolo con la única opcion de pasearse entorno la habitación hasta volver a tener sueño.  Sin más, aburrido fue hasta la ventana dónde junto esta habia un pequeño escritorio que utilizo de silla para así mirar al alba.

Que deseos se le subieron hasta los labios en ése momento. Es que, desde aquella noche de juegos, cada vez que el alba lo encontraba despierto lo hacia ponerse así, melancólico. Que ganas tenia de tocar una canción en su recuerdo.

Kim JiSoo, para ella pudo haber sido un simple juego de adolescentes con un nombre tan simple que todos dudarían que causa el flechazo amoroso, la botellita. Sin embargo, TaeHyung era un hombre singular y ese pequeño beso sano fue el acta de muerte para su picaflor corazón.

—Ni las sedosas pieles de rosas se comparan a la suavidad de tú tacto cálido. —canturreo buscando en su teléfono aquel contacto. A penas tomó el taxi en la mañana camino a casa de su hermana avisó por mesaje a ella, el cual seguía sin ser contestado. Era raro, ella le respondía siempre sin falta. Podía algunas veces tardar un par de horas, pero no un día completo. Después de todo, eran mejores amigos.

—¿Qué pudo haber sucedido? —le preguntó a la luna llena, que palidecia por su mala fortuna—Mejor no respondas...

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Segundo capítulo, dedicado a mi Juanita beia.

Juana sorry por no actualizar ayer:( ailafiú 💕 Y a ustedes igual, kalslsñs. Espero les haya gustado el cap'

Milagrosas cartas ↭ TaeSoo. |PAUSADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora