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— Cinco minutos, alrededor de la cancha. —El agudo sonido del silbato inundó los oídos de los jóvenes presentes.

— Lo entendiste, ¿verdad? —Tae asintió ante la pregunta de Jungkook, el cual corría a su lado con la respiración agitada.

Hace momentos los dos chicos conversaban de los extraños gustos del rubio, ¿quién podría enamorarse de Suga? No era más que un enano que vivía amargado cada segundo de su vida. El menor juraba que lo único bueno del azabache eran sus facciones y punto final, ¿que más?

Pues si, es difícil explicar que es lo que trae al mayor tan hipnotizado de ese pequeño y bello demonio. Probablemente su inteligencia y su delicadeza, su personalidad cortante es tan... única. Él podría tratarle distante y amargadamente pero seguiría perdidamente enamorado, pues frente a sus ojos siempre será perfecto, no habría nadie más bello que él en este mundo.

— No entiendo... —Susurró Tae, el contrario se giro a verle.— ¿como se supone que me vas a ayudar? Tú mismo me dijiste que...

Un dedo índice se posó en sus labios, obligandolo a callar. El rubio desvío sus ojos a su izquierda clavándolos en los de Jungkook, quién mantenía una sonrisa cómplice.

Tae esperó que las palabras salieran de la boca del castaño, sin embargo, levantó una ceja al notar que este no hablaba. De hecho, se mantuvo en silencio el resto de los cuatro minutos de trote.

Más bien...

Se mantuvo en silencio el resto de la clase entera.

— ¡Jungkook! —Él nombrado dio la media vuelta encontrándose con su "cliente" dirigiéndose a paso rápido y agitando sus brazos. Los demás alumnos lo miraban con curiosidad, ¿no tenía vergüenza?— ¡Hey!

— ¿Sí, nido de pájaros? —Taehyung ladeo su cabeza mostrando confusión, mientras que el menor soltó una pequeña risita.— ¿Jamás viste tu pelo?

Dirigió su mano a la cabellera rubia y desordenada del contrario, enredando sus dedos entre sus cabellos. El mayor rodó los ojos en respuesta y suspiró con pesadez.

— Lo dice el cabeza de coco. —Las risas del más joven cesaron y la sonrisa en sus labios pasó a ser un tierno puchero, el cual sin duda derritió el corazón de Tae.— Ya basta con los apodos burlones, te quería hablar de otra cosa.

Jungkook se sentó en las gradas cerca de la cancha de fútbol e hizo un leve gesto con la cabeza de que me sentará a su lado, algo que obviamente obedecí.

— No te entiendo. —Soltó.— Dices que Yoongi no es alguien fácil, ¿pero tú que sabes? Digo... parece una persona difícil pero, no deberías juzgarlo así solo por como actúa, ¿no crees?

El castaño se mantuvo callado alrededor de un minuto mirando sus propios pies, los cuales se balanceaban en un vaiven. Pensaba en cómo el contrario se iba a digerir sus palabras. ¿Sería directo o lo diría de forma sutil?

— Yoongi y yo... —Hizo una pequeña pausa suspirando.— fuimos novios el año anterior, pero terminamos por temas familiares. —Tae no daba crédito a lo que escuchaban sus oídos.—  Así que podría decirse que lo conozco muy bien.

— ¿Temas familiares?

— Sí, pero no pienses en eso, no importa. —Sin embargo, el mayor deseaba saber más a fondo de esa relación ya rota.— Lo que trato de decir es que se bastante con respecto a sus gustos, y supongo que podría darte consejos.

— ¿No te molesta? —El castaño frunció el ceño con confusión.— Me refiero, ¿no te enfada... —Hizo una pausa para tomar una bocanada de aire, mientras movía los dedos de sus manos con inquietud.— ayudarme a conquistar a tu ex pareja?

 cupid ; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora