Sin argumentos

Capítulo 1

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PD: Siento si hay alguna falta o algun fallo gramático :-*

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Me observo a mí misma impasible ante el espejo de mi dormitorio. Llevo un vestido largo sin mangas color aguamarina. La parte de arriba es un corpiño que realza mis pocas curvas,con pequeños detalles dorados en la línea del escote y la cintura. La parte de abajo es sencilla,suelta y hasta los pies. Los tacones dorados tienen dos finas tiras con brillantes parecidos a los del vestido que rodea el talon y al empeine. Medirán unos siete centímetros,suerte que haya estado andando con ellos  por mi casa durante toda la semana para habituarme. Llevo poco maquillaje,no me gusta maquillarme,solo un poco de rimel y sombra de ojos del color del vestido,que realza el tono oscuro de mis ojos y mis largas pestañas,y un suave brillo rosado en los labios. Mi pelo castaño cae con rizos ridículamente artificiales en forma de cascada sobre mis hombros hasta llegar casi a la cintura. Esta noche parezco más guapa de lo que realmente soy.

—¡Es para hoy Naira!—escucho gritar a mi hermano desde abajo.

—¿Ahora te va a entrar prisa en graduarte?—digo irónicamente,consciente de que no me escucha. Christian es un  verdadero holgazán en cuanto a estudios se trata. Repitió un curso de la secundaria y repitió el último curso de Bachillerato. Sin embargo,no tenemos mala relación,de hecho,hay veces qe salimos juntos ya que tenemos amigos en común.

Me doy los últimos retoques con el brillo de labios y salgo por la puerta intentando no tropezarme. Avanzo con cuidado por el angosto pasillo que hay entre mi dormitorio y la escalera. No quiero caerme,no hoy. 

Me siento aliviada cuando bajo el último escalón sin haber causado ningún estropicio.

—¡Cariño,estás preciosa!—exclama mi madre dando una palmadita mientras se levanta del sofá color beis.

Esbozo una sonrisita tímida y me ruborizo. No estoy acostumbrada a que me digan esas cosas.

Mi padre está sentado trasteando la nueva cámara Nikon cuando también levanta la vista hacia mí  y sonríe de oreja a oreja.

—¿Ves como la tardanza merece la pena?— le dice a Chrisitan,sonríendo aún. Su sonrisa hace que le salgan patas de gallo y varias arrugas alrededor de las comisuras de la boca.

—Sí,tengo que admitirlo,seguramente me tenga que pelear con alguno para que no le meta mano en la fiesta—dice,divertido

—¡Christian!—le reprenden mis padres al unísono

***

En el coche—un CITROËN c3 negro de segunda mano al que  le cuesta alcanzar los 90 km/h— voy en el asiento izquierdo de atrás,al lado de mi hermano,que revisa su twitter desde su Iphone. Le imito y desbloqueo mi móvil para ver si tengo alguna notificación. Nada. Aún siendo hermanos y teniendo amigos en común,él es mucho más popular que yo.

Estoy pensando en cuándo tendré mi propio coche ya que hace unos meses me saqué el carnet,quizá para la universidad. Aunque esta noche,agradezco que sea mi padre el que nos lleve al instituto. Si me cuesta conducir con unas converse,con tacones produzco un accidente en toda la parte este de la ciudad.

Mi madre está sentada en el asiento del copiloto,parece nerviosa,no todos los días se gradúan tus dos hijos,aún así mi madre siempre ha sido demasiado exagerada y dramática. Se observa en el pequeño espejo que hay dentro del parasol colgante del coche. Esta noche también está muy guapa,se ha puesto un vestido cereza hasta las rodillas con media manga y unos tacones negros imposibles. Mi madre no es una mujer guapa,es más bien una mujer normal para su edad,sin embargo siempre llama la atención. Tiene  ojos oscuros, una nariz alargada y unos labios demasiado finos. Su cabello era liso,como el mío,pero ella lo llevaba con flequillo y muy corto,por debajo de sus orejas,de un color marron rojizo que hoy estaba impecable,recién tintado. Mi madre no soporta ver una cana en su cabello o una arruga en su cara. Le encanta cuidarse,pero la tiroides no se lo estaba poniendo nada fácil,en el último año había cogido diez kilos más,cosa que la deprimía.