Capítulo 2

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—Bien chicos,para daros más libertad,nosotros los profesores nos quedaremos en recepción y no pisaremos la discoteca del hotel—dice el director Gregson mientras se acaricia su canosa barbilla—A no ser,por supuesto,que alguno de vosotros meta la pata.

Esta última frase la dice mirando a los chicos más populares que se dan codazos entre ellos.

Estamos sentados en recepción,en aquella sala llena de color azul. Los más populares y los más rápidos han consguido sentarse en los sofás,mientras que muchos como yo,estamos sentados en el suelo. Otros simplemente permanecen de pie.

—Espero que haya quedado claro. Podéis iros a casa a la hora que queráis siempre que vengan a buscaros. Si no,como ya sabéis,nuestro bus saldrá a las 5:00 AM —dice con su voz ronca e imponente—Sin más,pueden irse y disfrutar de la noche.

Acto seguido todo el mundo aplaude y algunos chiflan de alegría. En el aire hay una mezcla tan espesa de euforia,ganas de alcohol y hormonas revolucionadas,que casi la puedes tocar con tus propios dedos.

Tanya camina a mi lado hablándome sobre lo mejor para tomar. Naturalmente,Tanya está mucho más experimentada que yo en esto...y en cualquier otra cosa realmente. Me aconseja que,me pida un Mojito o un Ron con CocaCola. Yo no pensaba beber,pero es cierto que si me pido un Kas de naranja todo el mundo me mirará como a un bicho raro. Quizás lo sea.

Paola parece discutir en voz baja con Ander. A Paola no le agradan las fiestas,quizás incluso menos que a mí. No esque no me gusten las fiestas,pero a mi edad,casi siempre terminan en peleas y no me gustaría estar en un lío sin tener culpa.

En todo este rato,no he parado de pensar en lo que me dijo Adri. No debería estar dándole tantas vueltas,lo sé,pero...es inevitable. En el buffet no lo he vuelto a ver y en recepción sólo lo ví de lejos sentado en el sofá—¡cómo no,Adrián Luna no podía quedarse sin un sitio en el sofá!—y a pesar de que lo miré unas cuantas veces,el me ignoró. ¡Si es que eres tonta Naira!

Llegamos a la discoteca. No es muy grande,pero lo suficiente como para todo 2º de Bachillerato. Se puede escuchar “Bad de David Guetta” que proviene de una mesa de mezclas que dirige un joven DJ que viste vaqueros rotos,una camiseta ridículamente larga y una gorra de DC. Tiene un aspecto descuidado,quizás se ve así por su barba larga,sus gafas de sol—Dios,¿quién usa gafas de sol de noche? ¡y en una discoteca!—o quizás su ropa que no acompaña a la ocasión. El resto de la sala se ve oscura,solamente iluminada por las luces que también dirige el DJ al ritmo de la música. A la izquierda,hay una gran barra,con un chico y una chica vestidos al estilo tradicional de los cocteleros: camisa blanca,pantalones y chaleco negro,y una pajarita del mismo color. También están los típicos sofás rojos alargados donde la gente suele sentarse a tomar algo o lo más “normal”...a enrollarse.

Algunos se dirigen a la barra para comenzar a beber mientras que otros comienzan a bailar locamente.

—¿Pedimos algo primero?—me dice Tanya en voz alta enseñando una de sus preciosas sonrisas

—¡Claro!—le digo como puedo. Ahora sé porque no me gustan tanto las fiestas ¡es imposible hablar!

Vamos hacia la barra. Hay mucha gente ya. Después de cinco minutos,el joven nos atiende.

—¿Qué os puedo servir señoritas?—dice mientras se le pone una sonrisa bobalicona al mirar a Tanya. ¡Siempre el mismo efecto en los chicos!

—Pues un vodka con limón y...¿qué quieres al final?—me pregunta Tanya mientras menea sus caderas seductoramente al ritmo de la música. Al chico se le va a desencajar la mandíbula.

Me lo pienso dos veces y al final me decido por tomar lo mismo que ella. En poco tiempo el camarero nos tiende las copas y nosotras nos dirigimos a un lado del sofá rojo.

Sin argumentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora