𝕂𝕖𝕖𝕡 𝕞𝕖 𝕒𝕨𝕒𝕪; 𝕋1; 𝕀𝕞 𝕁𝕒𝕖𝕓𝕦𝕞 [𝕁𝔹] [EDITANDO]

●capítulo 1●

Siempre frío, tenía una serenidad interna que nadie más podía notar. Le tenían miedo en la escuela sólo por su carácter y su cara de frialdad.
Pero yo no le tenía miedo, es más... quería conocerlo.

¿Se podría una personas así, enamorar de una personalidad contraria?
Yo soy todo lo contrario a él, siempre he tenído curiosidad por ese chico... Im Jaebum, ¿por qué tan frío?, ¿por qué tan misterioso?

Camino rumbo a la escuela mientras pienso todo eso.
Llevo años conociendo a Jaebum y nunca hemos tenido una conversación estable. Yo le he hablado pero él siempre me ignora.
¿Será que no le caigo mal? Pero no le he dado motivos para hacerlo...

Me detuve en la puerta de la escuela y esperé el mensaje de mi mejor amiga Sowon.

En el chat con Sowon:

Sowon: Estoy llegando, solo espérame unos minutos más y ya.
6:58 am.

Mal: Bien, yo ya estoy en la entrada.
6:59 am.

Bloqueé mi teléfono y lo metí en mi bolsillo. Alguien tocó mi hombro llamando mi atención, volteo poco a poco y me doy cuenta que era...

—¡Buenos días Taehyung!— lo abracé de una manera emocionada.

Él correspondió mi abrazo —¿cómo dormiste Malai?

—Bien, gracias— me separé de él lentamente.

Sowon llegó y me sonrió —gracias por esperar Mal— me abraza, nota la presencia de Tae y se separa para saludarlo —hola Taehyung— le sonríe ampliamente.

El castaño sonríe de manera tierna a mi mejor amiga y dice —hola Sowon— me miró —nos vemos después, debo de ir a buscar a alguien.

Asentí —¡nos vemos después!

Entré a la escuela junto a Sowon.
Iba tan distraída pensando en lo mismo de esta mañana que no había notado que Sowon me hablaba.
Hasta que me pellizcó el brazo.

Me quejé —¡oye! Eso dolió ¿por qué lo hiciste?— dije sobando donde me había pellizcado.

—No vayas a voltear, pero Jaebum está viendo hacia acá— hizo una pausa —y estoy casi segura de que te está viendo a ti— susurró todo aquello como si alguien pudiera escucharnos.

Yo por impulso volteé y miré en la dirección de los casilleros y así era. Jaebum me estaba viendo con una mirada que me daba escalofríos, se podía sentir la tensión.
Me miraba con tanta frialdad que se podría decir que me odiaba.

Sowon frunció el ceño —te dije que no voltearas— susurró de forma fuerte.

Reí —ahora vuelvo... si quieres, adelantate— iba a dar un paso, pero mi amiga me detuvo.

Tomó mi brazo —¿qué haces? No cometas una locura Malai.

Me solté delicadamente —no es una locura, solo quiero saber un poco sobre él— sonreí y retomé mi paso hacia donde se encontraba aquel chico frío.

Caminaba hacia los casilleros con mi mirada hacia Jaebum.
Yo llevaba la misma sonrisa brillante de siempre, pero a él parecía no importarle que yo fuera en su dirección, porque seguía viéndome de la misma manera que antes.

—¡Hola Jaebum!— le sonreí ampliamente.

No recibí respuesta. Él sólo agarró la mochila que tenía al pie y se la colocó en la espalda, me ve por un instante y me da la espalda.
Prosiguió caminando por el pasillo con una tranquilidad y serenidad enormes.

Me quedé por unos segundos viendo su caminar hasta que el timbre hizo que reaccionara.
Me coloqué bien mi mochila y con una sonrisa a medias me dirige hacia mi salón.

Al terminar la clase dio el toque de receso y fui directo a mi casillero, lo abrí y dejé mis libros ahí.

Sowon rió —¿no te marea ver tantos colores?

La miré de reojo —¿por qué?

—¡Malai! a tu casillero lo vomitó un unicornio— soltó una carcajada.

Cerré la pequeña puerta y dije entre dientes —así me gusta a mí— me encogí de hombros.

—Bien— dijo un tanto resignada —vamos a la cafetería y me cuentas todo— mostró una sonrisa ladina.

Yo iba caminando detrás de ella —¿todo de qué?— dije confusa.

Llegamos a la cafetería y tomamos asiento en una mesa no muy lejos de la entrada.

Sowon me miró de manera interrogativa —¿qué te dijo Jaebum?

Sonreí de manera tímida —oh... hablabas de eso...— comencé a jugar con mis dedos de manera nerviosa —bueno, pues...

—Te volvió a ignorar ¿verdad?— dijo seria.

Asentí tímidamente —si...

Sowon seguía seria aún —mejor déjalo así Malai. Él no va a cambiar, siempre ha sido así desde que lo conocemos.

Solté un suspiro y sonreí levemente —no, no me rendiré— hice una pausa —sé que hay un lado tierno de él y yo quiero averiguarlo— dije con una sonrisa de ojos.

Me miró seriamente mi amiga —haz lo que quieras... pero te aseguro que saldrás lastimada Malai.