Era una hermosa y cálida mañana. Uno de esos días donde antes de salir el sol puedes asegurar que será extraordinario. Unos cuantos rayos de sol se colaban por la ventana de alguna habitación de hotel, y allí una Lucy dormida con serenidad, envuelta en unas finas sábanas, hasta que un impertinente ruido comenzó hacerse eco en toda la habitación.
—¡Hallo! —respondió la morena soñolienta.
—¡Gracias a Dios todavía sigues con vida! —exclamó una voz preocupada al otro lado de la línea casi queriendo llorar.
—Qué dices... —bostezo— ¿Por qué no estaría viva Sarah...?
—Te he dejado un montón de llamadas. ¿Dónde diablos estás? Temía lo peor…
—¡¿Dónde estoy?! Pero si yo estoy en, en... Espera un segundo dónde estoy... —reaccionó con pánico abriendo los ojos de golpe mientras se levantaba con rapidez de la cama envuelta en las sabanas.
—Eso me gustaría saber Lu, me has tenido preocupada toda la noche.
—Oh, al menos cuando darnos cuenta que tonta Lucy ya no estaba —soltó Louis un comentario extremadamente franco—. Como cinq ou seis heures plus tard.
—¡Louis...! —le reprochó Sarah.
—Ser la verdad.
—Que sea verdad no lo hace correcto, cosa que no es cierto...
Sarah trató de negar el comentario de Louis con varias carcajadas mientras Lucy escuchaba como discutían entre sí y se culpaban una a la otra. En cierto modo aquello se le hacía vergonzoso a Lucy, sus amigas ni siquiera la consideraban un adulto.
—Chicas, chicas... Ya paren y escúchenme ¡Por un demonio!
—exclamó sobresaltada en un tono de voz bajo haciendo que ambas cerrarán la boca, para luego proseguir:— Creo que he dormido con alguien —expulsó de golpe, con la vista puesta en la cama con
estupor—. Y creo que está muerto, no se mueve... —agregó entrando en pánico.—Espera, no saquemos conclusiones todavía. Es la primera vez que amaneces con un desconocido, deberías de acercarte a él o ella no juzgo.
—¡Qué! —exclamó confusa.
—Bueno… ya sabes, podría ser una chica y no te juzgo.
—No es una chica Sarah, aunque es más importante averiguar si aún respira.
—Bueno acércate a él.
—¡Qué, no! No me voy acercar a él, es un desconocido.
—No puedes dejarlo así Lu.
—Tonta Lucy, no ser un desconocido, literalmente todo él acaba de estar dentro de ti.
—¡Oh por Dios Louis eso es asqueroso! —expresó hastiada mientras un recuerdo algo distorsionado de la noche anterior hizo que su piel se pusiera de gallina y sus pezones se endurecieran—. Está bien, lo haré... Me estoy acercando, ya casi...
—Espera... —le interrumpió Sarah, frenando su mano a sólo centímetros del desconocido— ¿Cómo es el cadáver? ¿Al menos era guapo?
—Sarah, aún no debes llamarle así no es correcto, todavía no sabemos si está muerto. Y no lo sé, una almohada tapa su cabeza aunque tiene una muy linda espalda, se ve atlético, de hombro anchos ¡Ay pero qué rayos estoy diciendo, esto no está bien!
—Solo acércate de una vez tonta Lucy. Tenemos un vuelo que tomar. París, ya ha tomado demasiado de mi.
—¡Oh si cierto el vuelo sale en dos horas! Lo haré, solo me acercaré despacio... ¡Santo cielos! —exclamó asustada dando un pequeño salto hacia atrás.
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La Cenicienta de Queens (Por Editar)
RomanceLucy Andrews es el epítome de la dulzura en el caos de Nueva York, una joven cuya vida transcurre entre el amor inquebrantable por su prometido y la cotidianidad compartida con dos compañeras de piso tan dispares como el día y la noche. En un aparta...