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{capítulo treinta}

AVISO: este capítulo tiene contenido que muchos consideran "lemon" asi que si no gustan de este, lean hasta donde se encuentren la estrella {🌟} y salten hasta la luna {🌙}

Darien tomo la mano de Serena mientras la chica miraba por la ventana. Ambos se encontraban en silencio, pero era un silencio cómodo. Darien se detuvo frente a su apartamento, mirando a la rubia a su lado. Serena lo miro y le sonrio de la misma forma.

— Me gusta dormir aqui. — dijo la chica al bajar del auto.— me gusta dormir contigo.

— Algún dia lo harás todos los días.— Darien abrazo a Serena desde atrás, dejando un beso en su mejilla. Luego se dirigió a la puerta del apartamento para que ambos pudiesen entrar.

Serena sonrió, entrando al apartamento. Le dio una mirada al lugar, pues las veces que había venido no se había fijado lo suficiente. Darien tenia algunos estantes llenos de libros y algunas cosas, entre ellas algunas fotos de ambos. Serena salió al balcón, mirando la pequeña mesa que tenia el chico alli. Tenia un arregló que se veía bastante sofisticado. Serena posó la vista en Darien, quien salio a ver que estaba haciendo la rubia.

— ¿Que estas buscando? — Darien se colocó frente a ella, acariciando sus hombros.

— parece que tienes toda tu vida en orden —Serena hizo un puchero, luego mirando el suelo.

— En realidad, no todo. — Darien soltó una risa, subiendo con delicadeza la mirada de Serena para mirarla. — queria dejarlo para luego...pero, Serena, quiero recordarte que eres la persona con la que quiero pasar mi vida entera. — Darien le sonrio, acariciando sus mejillas. — Desde el primer momento lo sentí, ese pequeño acelero de corazón cuando me golpeaste con un papel — ambos rieron suavemente.— ese aceleró que cada vez que te veia se iba haciendo más fuerte, esas ganas de poder estar cerca de ti...queria cuidarte para siempre, aunque ahora sé que no necesitas eso. Eres fuerte, sin importar que puedas llegar a ser llorona, o infantil. Debo decir que me encantas en cada faceta, y incluso ahora mismo me cuesta imaginar que me hayas elegido nuevamente cuando puedes elegir a quien quieras.

Serena escuchaba cada palabra en silencio, pero tenia una sonrisa amplia. — Darien, no quiero a nadie más que a ti.

— Eso es lo que me parece increíble. — Darien sonrió. — Serena, yo sé que a ambos nos mostraron un futuro que ya estaba escrito, pero no quiero que sientas que por eso debes seguir aqui. Te amo, y no quiero que sientas que solo por algo que sigue siendo un tal vez te quedes si no lo deseas.

— Si lo hago — Serena asintió. — sin importar si ese futuro es el que hacemos, el que viviremos, quiero pasarlo a tu lado.

Darien observo los ojos de Serena por unos segundos. Ya no sentía ese acelero en el corazón como al principio. Ahora sentía paz, tranquilidad estando con Serena. Sabia, por eso, que era la indicada. No tenia miedo cuando la tenia a ella, y estaba seguro que daria su vida una y otra vez por verla feliz. Serena se sentia igual. Se sentia segura de si misma, en tranquilidad.

— ¿Me darías el placer de hacerte mi prometida ahora mismo? — Darien soltó, sin pensarlo mucho. — otra vez.

Serena miro a Darien, quien saco una pequeña cajita que ella reconocía totalmente. Él la abrió, mostrandole el anillo que le habia dado antes de ir a Estados Unidos. Serena sintió sus ojos cristalizarse, pero no de tristeza, de felicidad.

— Iba a conseguir otro...pero creo que este lleva una historia. — Darien miro a Serena. — Quiero que seas mi esposa, y aunque no hace mucho volviste a mi, estoy seguro. Estoy seguro que te amo y que no hay nada más que desee en el mundo que hacer oficial nuestro futuro. Asi que...Serena Tsukino, ¿Aceptarias hacerme el hombre más feliz y te casarias conmigo?

El destino que quiero [En Edición] [SD1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora