La mañana del día sábado se hizo presente, el canto de las aves reinaba en el lugar, y el sol cálido ingresaba de manera sutil a través de las cortinas; ésto hizo despertar a Minho de un agradable sueño que había tenido.
Bostezó suavemente y se estiró mientras alzaba su cabeza para mirar en su habitación. Miró el lugar de Kibum, y éste estaba vacío. Probablemente estaría ya en la cocina haciendo de desayunar.
Se sentó en la cama y suspiró un poco abrumado ante la idea de ir a la cita con la persona que había escrito la columna de citas en el periódico. La noche anterior estaba decidido, ahora estaba algo confuso de hacer algo completamente loco para cambiar el curso de su vida. Ya no era un adolescente, era un hombre hecho y derecho, con un trabajo estable y un esposo que lo aguantaba.
Tenía todo lo que deseaba, sin embargo, sabía que faltaba algo más. Bueno, iría a la cita para ver si algo cambiaba. Si resultaba ser una persona rara, se iría de inmediato y trataría de salvar su matrimonio que estaba al borde del colapso.
Salió de la cama y fue al baño para hacer sus necesidades. Se dio un baño rápido y se colocó el pantalón de seda y la camisa color crema que había preparado la noche anterior para la cita. Ya inventaría alguna excusa a Kibum del porqué iba a salir el sábado por la mañana.
Fue directamente a la cocina y encontró a su esposo de espaldas haciendo tocinos en el sartén. Olía bien, puesto que Kibum en vez de aceite, le volcaba un poco de mantequilla para darle sabor, como a Minho le gustaba.
Minho trató de desechar la culpa que estaba instalándose en el pecho y se sentó en la silla de su comedor donde estaba su café, un par de tostadas y un poco de cereal.
Vio a Kibum darse la vuelta, y este le sonrió ampliamente mientras se acercaba con los tocinos y se lo dejaba en el plato vacío que estaba en frente de él.— Buen día, Min.
— Buen día — Dijo Minho sonriendo sutilmente mientras tomaba sus cubiertos para empezar a comer.
— ¿Porqué estas vestido? No trabajas sábado — Comentó Kibum sentándose a su lado mientras le daba un sorbo a su café.
— Bueno, tengo que encontrarme con un socio y a él no le gusta ir a la empresa. Me pidió que nos viésemos en otro lugar.
— Ya veo.
A veces eran así las conversaciones. Un poco largas pero mayormente cortas. Ninguno de los dos ya indagaba más de la cuenta en la vida del otro, y creían que eso estaba bien.
— También saldré, Minho. — Kibum desvío la mirada de su esposo a su plato para evitar mirarlo — Una amiga mi pidió... Ir a su casa. Veremos algunos diseños para su cocina porque quiere remodelarla — Se escogió de hombros y le dio un sorbo a su café.
Minho asintió y continuó comiendo mientras analizaba las conversaciones tan monótonas que tenían. Carecían de sentido y eso le animó para que asistiera a la cita que tendría dentro de un rato.
Terminó de comer y levantó lo que había ensuciado para así lavarlo. Trató de no mojar su camisa para luego girarse en direccion de Kibum que aún seguía comiendo de su desayuno.
Se acercó a él y dejó un beso sobre su cabello.
— Gracias por le desayuno. Estaba delicioso. — Dijo mientras iba hacia la puerta que indicada la salida de la cocina — Yo me tengo que ir pero nos vemos para la hora del almuerzo, ¿Esta bien?
Kibum asintió mientras sonreía de una forma que Minho no supo describir. Salió de la cocina y fue a su habitación para recoger su celular, billetera y llaves de su hogar.
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Escape (Minkey)
Fanfiction"Si te gustan las piñas coladas, y que te sorprenda la lluvia si no te gusta hacer yoga, si tienes medio cerebro, si te gusta hacer el amor a medianoche, entre las dunas de un cabo, soy la persona que has estado buscando, escríbeme, y fuguémonos". "...