dos.

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- ¿Qué cojones haces? -le apartó bruscamente.
Diego no supo qué decir, cerró los ojos y suspiró llevándose las manos a la cara.
Billie se le quedó mirando perpleja, había sido un beso de apenas un segundo, pero había sido completamente repentino y aún lo estaba procesando.
- Bájate -ordenó Diego de repente,  frotándose angustiado los ojos.
Billie frunció el ceño.
- ¿Cómo d-
- ¡Qué te bajes coño! -le gritó furioso-. ¡Joder date prisa!
- ¡Que vale, joder que ya estoy saliendo! -se apresuraba a decir ella, bajando enfadada del coche. Diego seguía gritándole que se fuera.
Billie cerró la puerta con fuerza y se fue con pasos acelerados hacia su casa.
Xan resopló y le dio un golpe al volante.
- ¡Maldita sea! -gritó enfadado, estrujandose el pelo con la mano. La había cagado.
                                 ♤♤

Por fin había llegado a casa y se apresuró a ir a darse una ducha, se sentía como la mierda más repugnante del puto mundo.
Prendió la ducha y se metió.
Sentir el agua caer sobre su cara le hacía sentir aliviado, enserio necesitaba despejarse. No dejaba de pensar en Billie y en cómo mierda iba a pedirle disculpas.
Era por eso que le había costado tanto decirle lo que sentía, no quería perder su amistad. Pero ya era tarde, lo había jodido todo y encima la había tratado como una mierda echándole de su coche como a un animal.
¿Qué cojones le había pasado? Quizás aún seguía colocado y la reacción de Billie le provocó un ataque de nervios.
- Billie... -suspiró mientras el agua caía sobre su cabeza. Recordaba como si fuera ayer cómo empezaron a hablar y a hacerse amigos.
En aquellos tiempos lo único que quería era hacerse amigo de la joven chica a toda costa.
Recordaba cuando hablaban por mensajes todo el tiempo antes de verse en persona, en ese momento él pensaba que Billie tenía veintiún años o algo así. Vamos, al verla en videos parecía más mayor, hasta aquel día que se vieron por primera vez en la fiesta de uno de sus amigos.
Era alta, grande, tenía una bonita cara de pocos amigos y era tan extrovertida...
...
- Y entonces -hablaba alegremente Xan con ella mientras fumaba un cigarro-, ¿el viernes podrías venirte con nosotros a almorzar? Será genial.
Billie sonrió, apartando el humo que provenía del cigarro de él.
- Me encantaría, pero antes tengo hablar con mi padre -rió-. Ya sabes, es muy sobreprotector conmigo.
El chico frunció el ceño.
- ¿Aún le pides permiso a tus padres para salir? -rió levantando las cejas-. ¿No eres ya mayorcita?
Billie le miró extrañada.
- Diego, tengo dieciséis años. Hasta que no viva yo sola en mi propia casa tengo que seguir sus normas -se encogió de hombros.
Diego dejó caer el cigarro que portaba al escuchar esas palabras.
- ¿Cuántos tienes? -abrió por completo los ojos.
- ¿Dieci...seis...? -repitió ella confundida, luego al percatarse de la situación se echó una risa-. Espera, a que pensabas que tenía veinte o algo así.
El chico seguía sin creérselo, pero al parecer no era el primero al que le había pasado.
- Estás de broma -sonrió.
Ella negó con la cabeza riendo.
- Que te estoy diciendo la verdad.
En ese momento el móvil de Billie comenzó a sonar e hizo una seña de que ahora volvía.
- Es mi padre -le dijo antes de irse para hablar en privado. Él solo asintió.
Xan seguía mirándola. Ella no se percataba.
Nadie sabe qué tipo de pensamientos se le venían al mirarla. Con esa mirada tan penetrante y a la vez tan perdida.
- ¡Diego! -una voz le despertó de aquel trance, ¿cuándo había llegado Billie?
- Eh... oh, perdona -ladeó la cabeza-. A veces me pierdo en mis cosas. ¿Qué quería tu padre?
- Nada, que quería que volviera a casa antes de que se haga más tarde -rodó los ojos-. Pero me ha dado permiso para ir con vosotros a lo del viernes -rió emocionada.
A Diego le brillaron los ojos al verla tan contenta.
- Entonces ya nos veremos -se acercó a ella para despedirse con dos besos.
Aquello le pilló por sorpresa a Billie, ya que con sus amigos no se despedía tan formalmente, pero qué más daba.
- Adiós, Diego -le dedicó una última sonrisa antes de marcharse para ir a despedirse de los demás.

Estaba tan enamorado.
Estaba... tan obsesionado.
Billie... BillieBillieBillieBillieBillieBillieBillie.

Lo sabía. Aquel sentimiento, no era nada sano.
Sólo la quería a ella, odiaba verla con todos esos chicos con los que siempre se juntaba.
Era muy paranoico y obsesivo y lo sabía. Odiaba sentirse tan triste y vacío, odiaba tener esos sentimientos tan oscuros. Pero por más que quería no podía quitársela de la cabeza, no podía dejar de quererla.
Quería pensar que lo que causaba todo ese caos en su cabeza eran las drogas, y no que estaba desquiciado.
Cerró los ojos con fuerza mientras el agua seguía cayendo encima de él. Apoyó las manos en la pared de la ducha y comenzó a llorar.
No aguantaba todo ese dolor en su mente. De verdad que estaba loco, loco por ella.

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Holaa, primero quería agradecer a los que leen este fanfic♡
Y segundo aclarar que esta historia no va a ser "romántica" (como os habréis dado cuenta) y seŕa muy corta. Es algo que tendría que haber puesto antes pero se me olvidó xd
Osea lo que Diego siente es enfermizo y eso ya no es amor, es obsesión  (como la canción equis de)

my girl ;; Lil Xan & Billie Eilish Donde viven las historias. Descúbrelo ahora