Prologo

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Me miro una vez más al espejo, llevo un vestido sencillo negro, unos tacones del mismo color, un velo que pasa de un brazo a otro surcando la espalda, ni hago un intento de maquillarme o de ocultar mis ojeras, siento mis parpados pesados, mi cuerpo me pide regresar a la cama como ha estado estos últimos meses, Diego fue enterrado  fuera de la ciudad, nadie fue a su entierro excepto Cristian, Laureen, Samantha y yo, Brayan no apareció por ningún lado, tampoco contesto las llamadas ni mensajes que le dejamos, como si la misma madre tierra se lo hubiese tragado.

Camino hasta mi armario, en la parte superior se encuentra una caja redonda, azul rey y con un listón en su tapa, saco el sobre que hay en su interior, vuelvo a leer lo que lleva escrito"Para mi princesa"  Siento vació mi pecho, me siento débil y sola, con manos temblorosas y ojos cristalinos, abro la segunda carta que había en este.

"Si estas leyendo esto es porque finalmente no pude llegar sano y salvo como lo prometí... Recuerdo cuando aún eras pequeña, te pusieron a mi cuidado, siempre estuve pendiente de tu bienestar, siempre me aseguraba que te sintieras cómoda y feliz, ¿recuerdas esos niños que te maltrataban en la primaria? te contaré un secreto, los encerré en una calle y casi succiono la sangre de uno de ellos, finji ser un vengador de los niños maltratados, casi mueren del miedo, desde ese día supe que si te iba a cuidar lo haría de verdad, así me tocara hacer mil locuras... Entre ellas, dejarte, quiero que tengas presente que siempre estabas en mis pensamientos, cada vez que te veía llorar por la ventana de tu habitación, quería correr a abrazarte y darte todo tipo de explicaciones, los meses que estuve ausente, en prisión solo pensaba en tus ojos en querer verlos de nuevo, lloré por ti, lo hice una y mil veces al pensar que te había perdido, al recordar tus ojos hinchados, tus sollozos y tus lamentos, solo te pido que me perdones, no descansare en paz hasta saber que me has perdonado por todo el daño que te cause, vuélvete a enamorar, cura tu corazón, vive, sueña, viaja y cumple todo lo que te propones, desde cualquier lugar en el que me encuentre quiero verte feliz, disculpa que la carta no sea más larga, no he sido bueno para hacer una de estas pero quiero que nunca olvides que te amé en vida, te amo en el más allá y te amare por siempre mi amor..."

Lagrimas corren sin cesar por mis mejillas, al cerrar la carta logro leer a través del agua salada acumulada en mis ojos "Desde mi cielo - Mägo de Oz", me levanto de la cama, busco la canción y me coloco los cascos, me dirijo al cementerio, una vez llego a este camino hasta su tumba me arrodillo frente a ella, poso mi mano en su nombre tallado.

–Claro que te perdono_ Siento una mano en mi hombro, volteo pero no hay nadie, aún siento la mano posada–Descansa... _Poco a poco la mano se aleja de mi y el frío recorre mi cuerpo, vuelvo a caer en el llanto–Te amo_ Sollozo sobre su lecho de muerte.

Canción escrita en la carta, en multimedia.


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