tu y yo para siempre (yuri +18)

Rukie

No sabía que hacer, una parte de mi quería apartar a la pedófila de mi profesora... Pero la otra, deseaba que me tocase, no puede ser ¿Me estaría volviendo pasiva?
-Rukie. Utilizé su nombre verdadero
-Rukie, no, no quiero hacer esto, esta mal...
-llevo mucho tiempo esperando esto, nada de lo que digas va ha cambiar ni mis ganas, ni mi forma de verte, hoy y ahora vas a disfrutar como nunca, será tu primera vez, conmigo.
-¿C-como sabes que es mi primera vez?
-yo solo lo sé.
Desabrocho el último botón y observó mi pecho cubierto por mi sujetador, adelante quitármelo, pensé.
Se acercó a mi cuello y lo besó, empezó a hacerme chupetones, uno tras otro, lamía y besaba mi cuello muy sensualmente, bajo sus besos hacia mis pechos, beso hasta la altura de mi sujetador y luego volvió a mi cuello.
Me desabroche el sujetador, ella me miró sorprendida y luego esbozó una amplia sonrisa pervertida.
Esta vez sí mi sujetador no le impida poder lamer mis pechos, y asi lo hizo.
Empezó a lamer mi pecho con delicadeza, me contení las ganas de tocarme, eso solo de daría más poder hacia a mí, y creo que ya tenía bastante.
Jugó con mi pezón con su lengua, me gustaba que hiciera eso, pero no pensaba decírselo, agarro mi otro pecho y lo besó, luego se apartó de mi lado.
Me crucé de brazos.
-Y-ya está?
-suplicame que te toque y lo haré.
-estas loca, no pienso suplicarte nada.
Se acercó a mí y de un movimiento abrió mis piernas.
-lo haremos por las malas entonces...
Me tío dos dedos de golpe, gemí, sus dedos se movían tan rápidos en mi que hacían que mis pechos botasen.
Sabía que si seguía así no podría aguantar mucho, solté otro gemido, pero derrepente ella se volvió a alejar.
-¿Y ahora quieres que pare?, zorra
Mi boca quería decir que si con todas sus fuerzas, solo para callarla de una vez y irme de clase, pero estaba demasiado caliente para eso, así que solo pude tragar saliva y negar con la cabeza.
-no pares, te... Te lo suplico, sigue.
Volvió a poner esa sonrisa pervertida y lamió tres dedos.
-no, no creo que tres dedos me quepan.
No me hizo caso, poco a poco fue introduciendo sus tres dedos, dolía, yo gemía de dolor, pero era terriblemente excitante.