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Hoy en día hay muchos desamores en el mundo, corazones rotos en colección de vida, y por supuesto, nuestra Park Jihyo era una de esas típicas víctimas de dolorosos amores, había estado en dos relaciones en toda su vida y a sus veintiún años, era casi inexperta ¿verdad?.

Empecemos con la taiwandesa.

Zhou Tzuyu; dos años menor que ella, su primer amor de la secundaria, la relación que tuvo con la más alta fue muy bonita y sincera mientras duró, obviamente.
La menor tuvo que irse a Taiwán, y Jihyo quedó sola y devastada, pero a la vez agradeció los buenos momentos que pasó con la menor.

También hay algo que deben saber, y es que Jihyo y Tzuyu no habían tenido relaciones sexuales, no habían hecho el amor, nada de nada y eso que se habían bañado juntas muchas veces, incluso en ocasiones tenían la casa para ellas solas, pero las cosas no se dieron y ese ciclo se cerró con ambas separadas.

Las cosas pasan por algo ¿cierto?.

Cuando la secundaria terminó, Jihyo viajó a Japón por estudios en mejoría, ahí conoció a Hirai Momo, quien desde un inicio fue amigable y amable logrando así con el tiempo ser más unida a la coreana, ya saben, Momo era esa típica mejor amiga confianzuda que de vez en cuando te da nalgadas, te halaga de manera pervertida sobre cualquier parte de tu cuerpo y habla de ti como si fueras de su propiedad.

Eso molestaba un poco a Jihyo, pero a medida que pasaba el tiempo llegó a acostumbrarse y a sentir cosas más profundas por la japonesa, el sentimiento era recíproco y poco tiempo después ambas se volvieron novias.

Jihyo era atenta, cariñosa, sin embargo Momo era todo lo contrario, la perversión no se le iba ni comiendo Jokbal, era cosa de todos los días el hecho de que la rubia mande indirectas bien directas con evidente sentido sexual a la mayor, Jihyo quería a Momo pero no se sentía lista de entregarse a ella o tal vez sólo necesitaba que su novia sea cariñosa, atenta, cuidadosa y que la mime de vez en cuando, sólo tal vez, Jihyo quería que su primera vez sea algo tierno y romántico, no algo fuerte y vulgar como lo daba a entender la cavernícola de su novia.

(...)

Es muy común que la mayoría de personas odien los lunes y Jihyo no era la excepción, odiaba los aburridos y cansados lunes, pero ese Lunes 5 de marzo ese odio creció aún más, la castaña se encontraba de camino a la casa de la japonesa, iba a darle una típica sorpresa de novia.
Como le dieron el día libre, que mejor que pasarla con tu novia ¿Cierto?.

Llegó al departamento, puso la clave ya que se lo sabía de memoria y entró.
Al parecer, su novia no se hallaba en casa o eso creía porque ruido no había, sintió una presión en el pecho y ese típico sexto sentido que tenemos las mujeres al presentir que algo no anda bien o que algo podía salir mal.

Ella se dirigió a la habitación de la japonesa, abrió la puerta y al darse cuenta de la imagen dolorosa que vio pudo descifrar que tal vez los lunes son malos, pero reflexivos.

Encontró a su novia desnuda, durmiendo junto a otra chica sobre las sábanas blancas y en la cama donde ella muchas veces durmió, la desconocida igual de desnuda que su novia, no hace falta ser inteligente para saber lo que pasó entre ambas jovencitas.

A pesar del dolor que sintió, Jihyo no hizo ningún ruido alguno, solo eran sus lágrimas las que la acompañaban así que salió del departamento.

No era una manera correcta el terminar una relación por mensaje de texto, pero Jihyo era cobarde en esos temas y prefería serlo a que la perdone cuando encare a la japonesa.

Como probablenente ya no tenía nada más que hacer en Japón, decidió ejercer y culminar sus estudios en corea, fácilmente podía trasladarse a una buena universidad de Seúl, total, sólo se quedaba por Momo, porque la amaba, pero su decepción era más grande.

(...)

Pasado una semana, Jihyo volvió a su vida antes de Momo, justamente hoy, estaba caminando sin rumbo alguno y muy centrada en sus pensamientos.

"¿Era su culpa que Momo la engañara?, ¿La hizo esperar mucho y Momo se aburrió?".

— ¡aish! - Jihyo pateó con fuerza una pequeña piedra, su vista se dirigió por todo el recorrido en donde ésta la guió hasta chocar con una pared.

Divisó el lugar con cierto asombro, muchas veces había caminado por esa zona pero nunca se percató de ese pequeño callejón y esa mediana casa anaranjada con estilo hogareño.

Notó que había un letrero pegado en la pequeña ventana al lado de la puerta, muy polveado por cierto.
Jihyo se acercó un poco más hasta quedar frente al letrero y sopló un poco, el polvo entró en sus fosas nasales e hizo que estornudara.

—¡Baboo Jihyo, baboo!- Se dijo así misma.

De pronto sacó de su bolso un pedazo de papel y limpió el letrero.

— Sex coach- Leyó bajo.

— ¡¿SEX COACH?!- Se exaltó.

"¿Eso Acaso existía en corea?, ¿quien se atrevería a tener ese tipo de enseñanzas?, que toquen tu cuerpo, que tengas sexo". Definitivamente Jihyo tenía una idea errada de lo que era ser un sex coach.

—¿Quién necesitaría un sex coach?, ahora entiendo porque este lugar está tan escondido -Siguió hablando sola.

Iba a retirarse del lugar pero la curiosidad la invadió.

— Nada pierdo si pregunto, ¿verdad?- Se preguntó así misma.- ¿Y porqué sigo hablando sola como pendeja?.

la coreana se quedó pensando un poco y se armó de valor, tocó el timbre y nadie abrió.

Tocó nuevamente el timbre y esta vez se escuchó pasos acercándose a la puerta.

— ¡Que molesto!¡No atiendo a esta hora! - Se escuchó dentro de la casa mientras esa persona abría la puerta.

—Lo siento, solo quería saber si era cierto lo del anuncio, pero ya me voy...—¡espera!- La chica la detuvo mirándola atentamente.

—Lo siento si fui grosera, no fue mi intención espantarte, si ya estás aquí, resolveré tus dudas, pasa por favor - Se hizo a un lado.

"Realmente es hermosa y tiene buen cuerpo" pensó la japonesa.

— ¿T- tú eres la coach?- Preguntó Jihyo.

—Si, ¿Qué tal?- la chica sonrió.

— eres bonita.

Dicho esto, ambas chicas entraron a la casa.

—Ante todo, me presento, Soy Myoui Mina de Japón - La japonesa sonrió mientras se sentaba e indicaba a la coreana que hiciera lo mismo.

—Park Jihyo, de corea - bromeó  y ambas sonrieron en complicidad.

—Bonito nombre por cierto, pero aún no entiendo como una chica linda como tú estaría buscando una sex coach.

—No lo mal entiendas, yo ni siquiera sabía que existía eso, de hecho, una piedra me trajo hasta aquí.

Las risas de ambas chicas resonaron por el lugar.

Definitivamente cosas y aventuras nuevas se avecinan.






Esto va a dedicado a mi hermana, mi amiga ahre.

Satán espero y te guste nayeonkuina

#Resubida

También a la devora dahyuneada

SEX COACH (MIHYO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora