Prefacio

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Fue entonces cuando apareció una mano. Justo cuando estaba lista para saltar hacia la caída libre, apareció una mano que sostuvo la suya. No para salvarla, sino para hacerla quedarse, para hacerla comprender que valía la pena intentarlo una vez más.

Camila sabía que dependía de ella, nadie más tenía el poder de tomar una decisión como aquella, nadie más tenía el derecho de elegir.

Aquella mano no le ofrecía una salvación inmediata, pero sí le ofrecía un soporte en el que apoyarse cuando los días se volvieran difíciles y las noches aterradoras.

Camila fue valiente y la tomó, porque ahora que conocía esos ojos verdes, ahora que había visto el mundo a través de ellos, las cosas no parecían tan terribles como lo eran hace meses.

Cómo salvar una vida [adaptación CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora