Estaba dormida
Escuche a alguien entrando por la puerta, supe que eran dos personas.
Mi hermano y quien?
Te reiste y no te reconocí,
O eso pareció.
Me saludaste, yo recién levantada,
Me pediste perdón, pensaste que me habías despertado.
En mi peor estado, con mis ojeras kilométricas.
Noches anteriores sobre angustia lo explicaban todo.
Estaba en pijama y no podía con la vergüenza, así que me acosté de nuevo.
De la nada sonó una canción que al parecer te gustaba y empezaste a tararear, mientras dabas toques con el pie en el suelo siguiendo el ritmo.
Entró Emanuel con un mazo de cartas y comida
Me rugió el estómago.
Me quedé sentada en la cama con las sábanas tapándome mientras comía alcauciles.
Se veían tan entretenidos jugando que no podía desviar mi mirada.
Y me descubriste.
Lastimosamente, Emanuel se había ido a la cocina a buscar más alimento.
Me preguntaste si sabía jugar.
Mi corazón estaba a mil.
Negué y te acercaste, sentandote en mis pies.
Ya estaba al borde del colapso.
Me enseñaste los valores del juego
Pero yo solamente me había aprendido tus pupilas.
Seguías explicandome
Pero yo ya estaba pérdida
Y me preguntaba quien eras, por que me eras tan familiar.
Finalizaste con un "entendiste?"
No muy segura de mi respuesta, nos enfrentamos contra mi hermano, el cual saboreaba una hoja del alcaucil.
Y me reí tanto, porque no sólo era mala jugando, sino que tenía los nervios de punta.
Sino que tenía mi vista en tus ojos achinados
Acompañados de una linda melodía.
Horas después, te paraste apurado
Se me hace tarde dijiste
Te despediste
Me pregunto donde habrás ido ese día
Me pregunto, por que al irte, te habías llevado mi alegría .

ESTÁS LEYENDO
I think you think too much of me.
PoesíaNada más satisfactorio que saciar la curiosidad. Tal vez desahogarse lo es. Cuidado, en esta historia estaba ahogada.