Y un día mi pareja me dijo.
Te querré para siempre.
Yo le conteste con irrelevancia.
Nada dura para siempre.
Por eso tenemos que disfrutar,
cada beso.
Cada corrida.
Grabar a fuego lento en nuestra piel cada caricia.
Destrozar la casa con nuestra pasión,
y no recogerla aunque haya visita.