Dicen que el amor es ciego,
pero no es así.
El ser humano inventó ese dicho
por puro miedo.
Por miedo a lo desconocido,
por miedo a lo bueno o lo malo
que está por venir.
Por miedo a sufrir,
por miedo a ser rechazado.
Por miedo a haber dejado escapar
lo mejor para uno mismo,
cuando realmente,
lo bonito aun esta por llegar.
Porque sí, es cierto que,
tras cada tormenta llega la calma,
y que tras cada oscuridad, el sol.