Mil tentáculos

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Era una noche extraña, de esas en las que el ansia recorre tu cuerpo, te angustias, no sabes ni como, arañándote cada capa de piel mientras tus pupilas se zarandean de un lado a otro desesperadas buscando un motivo para vivir.
Una extraña música empezó a sonar de repente en la calle.
No era ninguna canción o melodía, diría que incluso nada rítmico pero a mis oídos eso fue pura música.
Un hombre estaba siendo asesinado en la mente de una persona, un loco que balbuceaba todo y cuanto le sucedía a ese hombre, iba hablando él solo por la calle de alienígenas y abducciones, un insano más para este mundo, justo de mi tipo.
Me asomé a la ventana para ver de quien se trataba, no logré ver su rostro con claridad, pero no me importaba, cómo o que fuese, tenía que ser mío.
-Eh tú, puedes seguir jugando a los asesinatos pero tengo una historia que no vas a poder rechazar- le dije.
Se quedó mirándome, ensimismado por un segundo, no sabía ni yo mismo el por qué de lo que le había dicho, tenía que inventar una historia en cuestion de segundos, entonces, fue cuando me vino a la mente la bestia de mis pesadillas, esa deidad cósmica que se alimentaba de mi alma lentamente y cuyo nombre impronunciable por la lengua humana no soy capaz ni de pensar. Tenía que hablarle de él.
-Si quieres mi atención la tienes, al menos, ábreme la puerta o dígnate a contestarme- Me hablaba.
Oh, mierda, me había quedado pensando en que decirle y no me había enterado de que me estaba hablando. "Que tonto me siento" pensé.
Corrí a lo más que dieron de sí mis piernas y le abrí la puerta en camisón.
-Adelante- le dije.
Me miró con los ojos como platos, sorprendido... O tal vez... Ensimismado con mi belleza.
-Vaya... Que... Recibimiento- dijo- Y dime, ¿Qué historia es esa que dices tener para mí y con la cual has osado interrumpir mi maravilloso momento de creación artístico?
-Él nos mira, no te lo puedo contar con palabras, debo escribirlo.
-¿Cómo?¿Quién?
-No quien, sino qué.
-¿De qué diablos estás hablando?
-Es un ser que se me aparece en sueños, y cada vez que me despierto, noto que falta un pedazo de mí, cada vez más y más glande.
-¿Glande? ¿No querrás decir grande?
-Oh si, en que diantres estaría pensando (en como tendría el suyo por supuesto).
-Si insistes pasaré, total, no puedes ser más loco que yo, y, en tal caso, no puedes hacerme más daño del que me hago yo solo.
¿Daño?¿A qué se referirá? Debe ser metafórico o tal vez... Literal. En tal caso puede que me gustase compartirlo con él, todo sería probar y ganas no me faltan.
-Adelante, te prepararé un té, ¿Oolong, macha, chai, rooibos...?
-Café si puede ser.
¿Qué clase de hombre pedía un café a medianoche alta?¿Acaso quería sentirse enérgico porque le iba a esperar una noche movidita?¿Será que le da miedo la oscuridad y duerme de día? No sé si preguntarle...
-Y bien, cuéntame que hace ese ser en tus sueños y dime su nombre, si es que tiene.
-Oh si, claro que tiene, pero, es impronunciable en nuestra lengua, créeme que lo he intentado pero no puedo, por eso te dije que pasaras, no puedo hacer si no más que intentar escribirlo, aunque no te garantizo que vaya a funcionar, no lo he hecho nunca.
-Siempre hay una primera vez.
Dime por favor, cosmos, que no ha sido con esa intención, no sé si estoy preparado, como ya he dicho... No lo he hecho nunca.
-Seguro que no es tu primera haciendo lo que se supone que hacías- Le contesté.
-No, pero siempre lo he hecho a solas, sin que nadie fuese capaz de escucharme, incluso no sabía que lo harías, eres el primero, y la verdad, no sé que pensarás de mí, es pura ficción, no soy un asesino en serie ni nada por el estilo.
-No pienso que lo seas, pero aunque lo fueras no me importaría, solo soy un cuerpo, podrás asesinarme pero no a mi otro ser.
-Nunca fue mi intención desaprovechar de esa manera tu capa física.
-¿Desaprovechar? (No se referirá a...)
-Si, tienes una historia que contarme ¿Recuerdas?
-Oh, si claro, eso (...Me parece que no). Toma, aquí tienes tu café, sírvete tú del azúcar que gustes.
-No tomo cosas dulces.
-No sé por que pero lo suponía.
Cogí un trozo de papel y la pluma de mi escritorio y empecé a hacer rayajos, no sabía ni que eran, solo los hacía.
-Este es su nombre.
En nuestro vocabulario, no podría expresar a ciencia cierta como se verían esos rayajos, pero si juntásemos las partes en orden, se entendería algo parecido a: "Cthulhu".

Cthulhu y su Torre OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora