capítulo uno / one.

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En la escuela de Fornite 24hrs skeree todo iba normal, los alumnos hablando incoherencias, Tobi maullando como siempre a sus maestros, Zíu chupando aparatos reproductores masculinos para salvarse de su enfermedad no tan terminal y Matías, bueno, nadie sabía quién era él, ni su propia madre. Nada fuera de lo común. Sin embargo, Nico sentía que algo o más bien alguien faltaba... esa persona era Naoki, el chico popular por jugar lol, por los pasillos siempre se rumoreaba que había conseguido sus abs de solo estar sentado frente a su pc jugando como si el mundo se fuera a acabar.

Era verdad, faltaba él, ¿acaso había faltado a la escuela por quedarse dormido? ¡eso jamás podría pasar! Habían más posibilidades de que Naoki no asistiera por quedarse pajeando con las monas del lol, pero sí había faltado y el caso no era lo anterior, más bien era porque había estado llorando toda la noche por Felipe Camiroaga. Era entendible, su mayor idol coreano había muerto hace 7 años, de la manera más fatal que podrán imaginarse, Naoki siempre había reprimido sus sentimientos y cada vez que alguien le preguntaba qué tal se encontraba, él sólo cantaba "estamos bien" de Bad Bunny con una alegría bastante falsa.

Fue sacado de su burbuja de tristeza cuando su móvil sonó, tenía una llamada entrante de un número desconocido, un número que jamás había visto en su vida.

"AAAAALÓ?" –la voz ronca de una chica se escuchó a través del parlante del aparato.

"Quién habla? No me webeen, soy de la pdi" –respondió Naoki con bastante pesadez.

"Te tengo en la mira por LoL, esto no se quedará así" –amenazantemente respondió la chica por el otro lado de la línea.

Cuando estuvo por decirle algo, ella cortó sin rodeos. Naoki sintió miedo de solo escuchar su voz y si... ¿ella era un trapito? Él estaría en problemas, meterse con un trapito era caer directo en el infierno y no tener salida. 

Los incondicionales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora