Eran las 7:30 de la mañana y ya estaba empezando a amanecer, así que miré el reloj, y me levanté quitándome suavemente la manta de la cama que tenía unos pájaros de estampado. Era mi preferida, porque quería ser como los pájaros, libre. Abrí el armario que llevaba pegado posters de Jimmi Hendrix en sus puertas, mi guitarrista favorito, un gran ejemplo de la música. Cogí mi falda negra con estampado de flores, una camiseta de manga larga y una chaqueta vaquera por encima, hacía mucho frío ese día. Cuando por fin me vestí , fui a desayunar. Me gustaba desayunar con tranquilidad y ver en la tele una de mis series favoritas antes de irme al colegio.Mi madre me acompañó a clase, y está el típico beso de una madre a su hija de 7 años cuando la deja en el colegio, y que te da vergüenza. Nunca quería ir, pero no por gandulería o porque no me gustaba estudiar, sino porque todos me dejaban de lado así que me volví fría, era como mi máscara, y cuando llevas una máscara tanto tiempo, olvidas lo que hay debajo. Tenía miedo de que el pozo en el que estaba cayendo se hiciera mas profundo, y era mi manera de evitar que eso pasara.
Cuándo pasaron las horas y vine del colegio encontré el Lamborghini rojo de mi padre todo roto y rallado, el volante estaba destrozado, despegado de su sitio que solo colgaba de sus cables, y con la puerta delantera toda desencajada por una panda de amigos que se mataban unos a otros. Enseguida subí a la casa con mi madre para saber que había pasado y si todo estaba bien.
-¿Que ha pasado con tu coche papá? -le pregunté-
-Unos canallas lo han destrozado entero, y es la segunda vez después de arreglarlo, lo peor es que al final me han hecho una señal con el cuello, insinuando que van a martarme. -me contestó asustado-
-¿Y que vamos a hacer? -le pregunté con voz quebrada y preocupada-
-Mudarnos, a un piso de la ciudad que esté lejos de este edificio. -me contestó-
Hubiera preferido que estuviera la opción mudarnos lejos de Livingston pero de que servía irme de la ciudad si de quién queria escapar iba a seguir viviendo dentro de mi.
Mi padre cogió su ordenador, y nos enseñó varios pisos muy bonitos, mientras que nos señalaba los pisos de las fotos veía como sus manos temblaban del susto, y nos dijo que él ya tenía un piso fichado. No contó con mi madre ni conmigo para comprar la casa, sus ganas de irse de ahí y no cruzarse con más gente así le invadió, así que se adelantó.
Mientras hablábamos de la mudanza y el piso, se hizo la hora de comer, pero no tenía mucha hambre, es graciosa la forma en la que a todos nos pasa eso de que estás tan hambriento que te comerías el mundo pero cuando tu madre hace una comida que no te gusta, se te quita el hambre de repente.
Me comí la comida sin ganas, y cuando terminé de comer, me levanté de la silla y fui al fregadero a llevar mi plato, y los utensilios. Al terminar, me senté en el sofá y encendí la tele para ver si habia algo que interesaba, pero estaba tan cansada que se me cerraban los ojos y ni podía cambiar de canal. Cuando estaba casi dormida, sonó de repente el teléfono.
-¿Sí? -dijo mi madre por teléfono-
-Hola, Srt McLauren, soy el médico de Alexis, llamo para recordar que tiene una radiografía que hacerse el dia 9 de Octubre del 2008. -dijo el Dr.House-
-Si, lo sabemos, muchas gracias por avisarnos Doctor, lo tenemos ahí apuntado
-Estupedo Srt McLauren, un placer hablar con usted, adiós -contestó-
-Adiós Dr.House, cuídese -dijo mi madre-
Con el ruido del teléfono y al oír 'Dr House' me levanté enseguida para preguntar que le había dicho.
-Es el médico cariño, para decirnos la fecha de la radiografía que tienes que hacerte -me dijo-
-¿Que raro no? -respondí con ironía-
No me extrañaba, porque año tras año siempre era lo mismo, análiticas, radiografías..más pastillas, y ver como mi estatura había evolucionado. Estaba cansada de la rutina de siempre, si hay algo peor que la rutina de ir al colegio, comer, y hacer deberes, es la rutina de que cuando terminas con un problema, empiezas con otro.
Cuando por fin llegó el día de la mudanza me desperté enseguida, estaba entusiasmada ayudando a mi padres a empaquetar todas las cajas y a coger todas las cosas importantes para llevarlas a la nueva casa. Realmente quería irme de ahí, empezar de cero, decirle 'adiós' a mi antigua vida. Nunca me gustó la palabra 'Adiós', suelo utilizar 'Hasta luego', porque 'hasta luego', significa que en otro momento, verás a la persona, pero adiós, no sabes si es para siempre o hasta cuando. Así que 'Adiós' suelo utilizarlo con las cosas que realmente quiero que se vayan.
Cuando estaba empaquetando la última caja, quería recordar, y abrí la puerta de mi habitación. Cuando entré empecé a pensar en todas las cosas que viví en ese piso, y de repente noté un pequeño escalofrío, ese escalofrío que te entra por el cuerpo y te incita a una pequeña sonrisa, esa cosa llamada nostalgia que duele porque deseas que muchas cosas vuelvan a ser como antes. Pero aún así, no queria volver, no queria seguir con esa vida tan vacía, queria dejar eso de lado, y la mejor manera era mudarse. iempre creo que todos en su momento hemos querido desconectar de todo y que nadie supiera sobre nuestras vidas durante un tiempo.
Cuándo estaba en mi realidad bonita y paralela que formaba en mi cabeza, un ruido me despertó y y me llevo a la realidad de verdad que no es tan bonita.
Me asomé por la ventana y vi algo blanco acercándose a nuestro portal. Era el camión de la mudanza por fin. Salí corriendo de mi habitación y empezamos a bajar todas las cajas para poder irnos. Metí todo dentro de las cajas excepto mi libreta y mi bolígrafo. Las llevaba en la mano siempre, y conforme iba yendo dirección a hogar nuevo, me puse los auriculares y me puse a escuchar 'Closin time' de la banda Semisonic. En esa canción hay una frase que pegaba en esos momentos de mi vida, era:
''Every new beginnings comes from some other beginning's end'' - Cada comienzo llega del final de otro.
'Closin time' era una de mis canciones favoritas, me la reservaba para cuando me enamorara de ese chico que nunca podré olvidar y siempre me dolerá ver de la mano de otra persona. Solo nos enamoramos una vez, el resto de nuestras vidas, lo pasamos buscando una persona que nos haga sentir así.
Me quité los auriculares cuando terminó la canción, justo llegamos, y bajamos del coche que nos había llevado, ya que el Lamborghini de mi padre estaba roto.
-¿Estás preparada Alexis? -me preguntó mi padre con una pequeña sonrisa-
-Papá, abre ya, por favor! -Dije entusiasmada con una voz alegre-
Cuando entramos, nuestros ojos estaban observando un enorme pasillo muy largo que tenía incrustada la puerta para entrar a la cocina y mas adelante, un pasillizo abierto que te llevaba al salón. El salón era gigante, estaba todo desamueblado pero era increíble, en el mismo salón había una puerta que conducía al balcón que tenía vistas frente a un parque precioso con una vegetación que inspiraba. No era Central Park, pero no importaba. Justo en el salón, habían cuatro puertas; tres habitaciones y un cuarto de baño. La habitación de mis padres era mas grande, así que cuando entrabas al lado estaba el cuarto de baño para ellos. Después de ver casi todo, por último, llegó la parte que mas me gustaba del piso, la terraza. Era un sitio en el que por las noches podía subir y contemplar el cielo, tener un minuto para encontrarme a mi misma.
Esa tarde se pasó rapidisma, y fue cansada, porque no parábamos de subir cajas, desempaquetar, y colocar las cosas en su sitio. Cuando terminamos, ya era de noche, me pareció increíble como pasa el tiempo, como pasan los días, y en como puede cambiar todo de repente. Pensando en que te pasas toda la primaria deseando de ir a la E.S.O para ser mayor y en cuanto menos te lo esperas, estas graduándote para Bachiller. Un verano que se acaba, y después te pasas todas las estaciones del año queriendo que llegue el verano otra vez, y de repente ha empezado en el verano de otro año. No soy filósofa, pero sé que el futuro y el presente son un devenir, casi todos pasamos el resto de nuestra vida pensando en nuestro futuro, en como mejorarlo, pero no disfrutamos del presente, y el tiempo es algo que se pierde desde que el mundo se creó, y hay que aprovecharlo, porque eso si que no puede volver.