Acababa de... ¿Pillar? el poder ese de humo. Tenía la capacidad de efectuar una carrera de humo. Me convertía en humo durante un segundo y me movía rapidísimo, además, podía meterme por conductos de ventilación. Estaba asustado. Reg me estaba ayudando a superarlo pero era imposible encontrar... Una cura. Entonces fue cuando recordé todo el humo que echaba la fábrica de conservas. El tipo ese de la tanqueta debería de estar allí recargando sus poderes de humo. Y... ¡Betty seguía allí! ¡Diooos! Me fui corriendo con mis nuevos poderes a rescatarla de allí. Pero pensé, que quizá. Para vencer al conductor aquel debería tener un arma. No lo iba a matar a base de hacer carreras de humo. Sería estúpido. Por suerte encontré una cadena, la cuál también era conductora con el humo. Derroté a ese cretino y salí al exterior con la conciencia tranquila de haber echo un buen trabajo, pero justo antes le obligué a que me enseñara a controlarlo. Y mi error fue tocarle la mano una segunda vez. Estaba fisgoneando en sus recuerdos.
-Conseguí los poderes muy temprano y cuando los conseguí, joder, era imparable. Los cabronazos del D.U.P. Me pillaron con las manos en la masa y me enviaron a Cardum Cay. Allí encontraron la manera de tenernos atados de manera que no usaramos los poderes, y claro, tenían que darnos de comer, lavarnos, hasta limpiarnos el puto culo. Lo tenía fácil para escaparme. Solo tenía que esperar a una ocasión perfecta. Había una zorra pelirroja la cual a todo lo que hacía lo llamaba pruebas. Pero cuando nos subieron a esa tanqueta sabía que llegaba una de esas ocasiones perfectas.
-Te ví fisgoneando en mi cabeza - Si... -Viste Cardum Cay, si te atrapan acabarás allí. Salgamos.
-Henry o Hank, me decepcionas. Era la tía esa... Augustine, le había matado con su poder de hormigón. La muy perra me preguntó si compartió alguna información conmigo. Betty estaba allí y también la preguntó, pero los dos estuvimos calladitos. Me sacrifiqué por salvar a Betty, seré un héroe. Aunque Augustine nos descubrió que mentíamos y nos clavó unos clavos de hormigón.
Me quedé inconsciente una semana.