Capítulo único

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Sin capa y sin sombrero, solo con su conjunto naranja y negro, el séptimo salió en la fresca noche de la torre y se escabullo ágilmente hasta la salida de la aldea. Burló fácilmente a los dos guardias y se internó a un paso increíblemente veloz en lo profundo del bosque. La luna era su única compañía, y claro, Kurama estaba en su interior, pero había decidido descansar por un periodo corto de tiempo, por lo que su voz estaría ausente un par de días.

Estaba demasiado emocionado. Su corazón saltaba dentro de su pecho, y no era fatiga, claro que no. Era la felicidad que desbordaba por su amante y mejor amigo de volver a reencontrarse. No es que llevara mucho tiempo de no ver a Sasuke, su último encuentro tuvo lugar en la oficina dándole las noticias recientes de sus viajes. En el trabajo no se involucraban sentimientos, aunque lo deseaba, Sasuke y él solo actuaban como buenos amigos y camaradas ninjas que compartían un mismo fin.

Palabras vienen y van, informes y Sasuke se iba nuevamente por quien sabe cuánto tiempo. Lo cierto es que lo había echado de menos. Fuera de la aldea, ellos tenían su secreto. Su único momento intimo como pareja. Una vez al mes, ellos se reunían para estar solos y solo pensar en ellos. Para disfrutar el momento y para amarse profundamente. Su pequeño nidito de amor, como le gustaba mencionarlo el blondo, se encontraba muy en lo profundo y podría decirse que camuflado por la misma naturaleza. No muy lejos de esa cabaña, tenían un lago con una cascada pequeña. Un lugar único, hermoso y tranquilo. Aislado de todo lo demás.

Se detuvo abruptamente frente a su "Otro hogar" quizás por la emoción había tardado menos de lo habitual. Las luces estaban encendidas y era pasada la medianoche. Sasuke había llegado antes. Entró ansioso y cerró a sus espaldas. Observó la mesa y las dos sillas vacías, fue directamente al dormitorio.

—Hola, dobe-sonrió.

Sasuke estaba sentado al borde de la cama con solo la camisa morada y sus pantalones. Frente a él había un aparador donde se ubicaban dos lámparas para dar la iluminación, a su lado, un espejo enorme de cuerpo entero.

—¡Sasuke!-saltó a sus brazos, completamente extasiado.

—Esta vez he llegado antes que tú-acarició sus cabellos dorados.

El rubio se sentó a su lado y llevó sus manos al rostro níveo, acarició sus mejillas con delicadeza para finalmente acortar su distancia y plantar un beso en sus rosados labios. El azabache le correspondió gustosamente y llevo su única mano a la nuca del blondo para presionar el beso, se degustaron tanto como pudieron jugando con sus lenguas. Se apartaron jadeando y con las mejillas sonrojadas.

—¿Cenaste?-preguntó el pelinegro.

—Ramen-sonrió.

—Bobo, te he dicho mil veces que eso no es nutritivo.

—Lo sé, pero paso más tiempo en la oficina que en casa, y no quiero molestar a Hinata-Naruto acostó su cabeza en el hombro del moreno y suspiró—Te amo tanto-confesó.

—Yo a ti-acarició su cabeza.

El rubito besó inesperadamente el costado del cuello, dándole a Sasuke escalofríos.

—¿Puedo...?-preguntó avergonzado.

—No necesitas preguntar, idiota-sonrió de medio lado.

Acostó a Sasuke sobre la cama y volvieron a besarse. Y mientras sus labios se mantenían unidos comenzaron a desvestirse mutuamente, la ropa cayó al piso, el brazo de Sasuke se aferró a la espalda del blondo, quién se daba el placer de acariciar cada sitio del cuerpo ajeno.

Una vez al mesWhere stories live. Discover now