Descubriendo mi Verdadero Yo

Capítulo 1: La visita inesperada

Llegué a mi instituto un poco más tarde de lo usual ya era el último día, pero aún así llegaba tarde. Entré y subí unas escaleras y me paré delante de una de las clases de 2º, mi clase y llamé a la puerta . A continuación entré preguntándole al profesor si podía pasar, pero en ese momento noté como si la gente se moviera hacia atrás, y saliera del aula atravesándome.

No era de la primera vez que un suceso raro como éste me ocurriera,continuamente me pasaban cosas raras a las que nunca le encontraba explicación. Volví a cerrar la puerta y miré el reloj, ¡¡¡había retrocedido una hora!!!. De nuevo mis compañeros comenzaron a llegar y yo era la primera, la delegada abrió la puerta para permitirnos entrar y empezar las clases.

Estuvimos hablando con el profesor durante un largo rato hasta que inesperadamente golpearon la puerta y entraron unos hombres fuertes, vestidos con una máscara de Horus uno de los dioses más importantes de Egipto y un taparrabos corto de color blanco y bastón de oro puro con forma de cobra egipcia.

-Somos los reales sirvientes de Egipto, - dijo el que parecía ser el líder de ellos en voz profunda.

Los alumnos no dudaron en burlarse de ellos

-¡Solo sois unos idiotas disfrazados!- dijo uno de los chicos riéndose a carcajadas.

-No te atrevas a insultarnos- dijo un sirviente levantando el bastón haciendo ver que era mejor no meterse con ellos.

-Venimos a por Gisela . ¿Quién de todas vosotras es?.

Todos mis compañeros se giraron hacia mí. Yo estaba sorprendida y asustada preguntándome porqué esas personas me buscaban. Tardé en reaccionar y levantar mi mano, pero aún así lo hice, mis compañeros se rieron de nuevo, el profesor puso medidas y les llamó la atención.

-Quedaros aquí dentro de clase y no armeis, que voy a salir un momento a la puerta a hablar con ellos.

El profesor tras decir esto, se dirigió a la entrada de clase muy desconfiado, asustado,haciéndonos creer que no pasaba nada para protegernos,.......

Y cerró la puerta dejándonos solos. Durante la espera, yo escribía mientras los demás no dejaban de hablar.